En la programación de la televisión española, tve, existen programas donde los contertulios dan opiniones, unas mejores que otras, aunque siempre cuidando que la lengua no se les afloje demasiado.
Cuando Aznar dejó el poder fue inverosímil que Rajoy lo reemplazaría, no en la presidencia del PP sino más bien en la Moncloa. Ahora bien, una cosa es que algunos políticos no sepan combinar bien su ambición personal con la postura razonable del derecho ha alcanzar un papel resaltante en la política, y otra cosa es ser torpe politicamente hablando; este es el caso de Rajoy.
Aquí dimos nuestro punto de vista después de analizar las estrategias tanto de Rajoy como la de Rodrigo Zapatero, y sin mucho esfuerzo fue fácil notar esa anguria, esa necesidad de destruir al contendor que tiene Rajoy; por algo dijimos que Rajoy tenía todo el aspecto de un niño engreído y malcriado, como aquellos niños que si no los dejan jugar fútbol se lleva su pelota.
Wikilleaks es sin duda una bomba colocada en medio de tanta farsa, aunque no falta un despistado presidente, como Alan García Pérez, que en lugar de esforzarse por meditar una respuesta coherente o simplemente decir que no está muy al tanto del asunto, dijo una candidez que permite inferir que su techo es de cristal; no porque Wikileaks lo sobre estime, sino porque quiere darse importancia de estadista u hombre de mucho mundo.
Hoy muchos políticos se encuentran asustados, temblando de miedo porque el destape de la corrupción internacional es tan amplia que hasta la Secretaría de Estado o el Pentágono está con las barbas en remojo. Claro que a ellos también les salpica el barro, aunque sean ellos los primeros en utilizar armas que no las saben manejar. Al final de cuentas, suponemos que Clinton no renunciará, pero de los opinados como en el caso de Rajoy le costará mucho limpiarse el barro que le salpicó directamente.
Estos son los temas sensibles para la economía, estos son los hechos que condicionan el progreso, cuando los que deberían ser censurados son los que siguen en la conducción de la política y la economía mundial. ¿Alguien podría decir que existe mucha distancia entre un banquero y un presidente de partido o gobierno; alguien no podría imaginar que a los profesionales independientes, a los dueños de las pequeñas empresas o a cualquier comerciante no les afecta esta situación?
La ligazón entre política y economía es mucho más sensible que el matrimonio entre aquellos que se juran amor eterno, y esto no lo supo manejar Rajoy; no tuvo el temple para callar en el momento adecuado y decir lo que tenía que decir en el momento apropiado. El desplante que le hizo Rodríguez Zapatero a Rajoy en el Congreso de los Diputados esta semana fue abrumador, lo dejó sin piso, mejor dicho lo enterró.
Les invitamos que lean lo que publica El País , diario madrileño que publica sobre estos asuntos. También entérese sobre el enriquecimiento de Berlusconi .
Wikileaks los tiene locos a los políticos. Destapó la caja de la corrupción. Lean más aquí:
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