Oscar Muñiz
Es desalentador
comprobar que la sociedad peruana no progrese en lo absoluto, después del
colapso auspiciado y provocado por el fujimontesinismo en el año 2000.
De esta situación oscura
de la historia peruana no hemos dejado de enterarnos. De las acciones
delictivas , no solo de los políticos , sino también de los grupos religiosos,
que en su mayoría creen en una divinidad; de las agrupaciones deportivas , de los rectores universitarios, de los
congresistas, en fin de todas las agrupaciones colegiadas o no.
No podemos dejar de
mencionar al poder municipal, otrora bastión del civismo, hoy convertido en
cueva de ladrones y reunión de grupetes sedientos de poder y enriquecimiento.
Si Fernando Belaunde Terry, volvería a la vida por un instante, se regresaría inmediatamente
a reencontrarse con el lugar que desde hace catorce años viene ocupando.
Nosotros, desde
este modesto blog, venimos pronunciándonos sobre la corrupción de todo pelaje
desde que por primera vez publicáramos nuestra primera entrega, y de esto hace
varios años. La presente no será la última. Seguiremos haciendo publica nuestra
inconformidad, por decir lo menos, sobre un asunto que con buena voluntad se hubiera
solucionado hace varias semanas.
Es conocido y
sabido sobre el deterioro ético de los empleados públicos, en este caso, de los
empleados contratados o no del municipio de Santiago de Surco. Su alcalde fue
reelegido, cuando en las alternativas poco o nada se podía escoger. Lo cierto
es que hasta la fecha en nada contribuye al desarrollo y engrandecimiento del
distrito.
El “talón de
Aquiles” de este distrito es poseer un insuficiente realismo a la hora de
escoger a las autoridades municipales. Segundo, a la actitud de borrón y cuenta
nueva que aplica este alcalde desde hace no menos de cuatro años.
No solo son los
problemas conocidos, como la magnitud de la pobreza, el hacinamiento, la falta
de servicios básicos como el agua potable, entre otros. Es también la falta de ética
de sus funcionarios ediles, y el bajísimo compromiso de los servidores públicos
para con el vecino.
Así como hubo todo
un proceso de deterioro de la economía peruana hasta que Alan García Pérez dejo
al Perú en ruinas, en su primer gobierno 1985-1990; o que en poco más de cinco
años Alberto Fujimori Fujimori llevo a la ruina moral al Perú, el alcalde de
Santiago de Surco, Roberto Gómez Baca, dejo de hacer lo que debió hacer con la
herencia corrupta del anterior alcalde de Santiago de Surco, Juan Manuel del
Mar Estremadoyro.
En estas
circunstancias, después de diez y seis años de esta nefasta experiencia, todos
los políticos en comparsa con el pueblo mayoritario siguen haciendo de las
suyas. Existen políticos que habiendo contribuido con desenmascaramiento del fujimontesinismo,
hoy su ambición les impide accionar con
inteligencia. Es el caso del actual presidente del Congreso de la Republica,
Luis Iberico Núñez y de la actual gestionadora política Anel Townsend, en el
caso de su candidato a la presidencia de la republica el plagiador de tesis
doctoral Cesar Acuña.
Todos somos espectadores
de esta mascarada. Todos estos políticos sonríen, se presentan alegres, felices. No saben que
existe una parte de la población que la está pasando muy mal.
Parte de la población
aunado al conjunto de los políticos no quieren entender ni aceptar que la
fiesta termino. Estamos peor que cuando gobernaba Alejandro Toledo Manrique, en
su avión parrandero.
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