Oscar Muñiz
En las últimas semanas el Alcalde de Santiago de Surco,
Roberto Hipólito Gomes Baca (2011-2014) está muy activo, visitando
urbanizaciones del distrito, tal vez por la proximidad de las elecciones municipales.
Su gestión fue diferente a la de su antecesor Juan Manuel Del Mar Estremadoyro
(2007-2011), actualmente con pretensiones políticas bajo la sombra de Fernán
Altuve, quien intenta por segunda vez la alcaldía de Lima. La mayoría de los
pobladores de Surco tienen en su memoria el más nefasto de los recuerdos de Del
Mar, y su equipo, por actos de
corrupción.
El distrito de Santiago de Surco con 42 km2 de extensión,
pero con las mismas tasas impositivas de otros distritos limeños más pequeños y
con menor número de pobladores, está al servicio de un total de 272,690
habitantes (Densidad poblacional: 7,847.2
Ha/km2), es uno de los distritos más extensos de Lima, cuenta, según dato
oficial, con 76,064 viviendas particulares (3.59 Ha/vivienda particular), de
estas 13,946* viviendas no cuentan con servicio de desagüe y 10,555* viviendas
no tienen alumbrado.
Santiago de Surco fue un distrito histórico, de donde
nacieron otros distritos, como Barranco. Su modernización dio espaldas a su
valor histórico, gastronómico y agrícola. No olvidemos que hasta la década de
1960, se veía por las calles del distrito transitar al ganado vacuno u ovino
como también disfrutar de una excelente leche producida en sus establos, un
buen vino original de uvas, tamales, fruta y variedad de dulces, y de las procesiones religiosas que se realizaban todos los meses
del año.
En la actualidad con el desarrollo y crecimiento de la
economía, más de un ex dueño de tierras, que prefirió el metálico antes que la
agricultura y la ganadería, seguirá lamentándose por tamaña insensatez que cometió
hace algunos años atrás. Sabrá quién o quienes lo indujeron a semejante error.
Es cierto, y lo decimos con el convencimiento que nos otorga la experiencia, porque
sabemos que la agricultura es el cimiento de la vida y de la renovación de
ella, sin ella el mundo se desvanece. Eso le sucedió a Santiago de Surco. En el
último medio siglo, desapareció la vida, pues sus pobladores no supieron
administrar su riqueza agrícola y ganadera, ni sus costumbres, mucho menos su
herencia cultural.
El día de hoy, contrastando lo perdido con lo que posee, la
deuda con la historia distrital es inconmensurable. El hecho de haber desaparecido
la agricultura y ganadería condujo al distrito a renovar las fuentes de sus ingresos.
Las grandes firmas comerciales, los centros financieros, reemplazaron de un
tajo al comercio tradicional. Los conglomerados recreacionales, de vivienda,
financieros o comerciales, se unieron, formando islas que solo el progreso
moldearía conforme pasara el tiempo, y porque no decirlo, con ayuda de alguno
de sus alcaldes corruptos.
No hay peor propaganda para el gobierno municipal que
alimentar los desdenes de la clase media que vive y mora en las modernas
urbanizaciones de Santiago de Surco. No decimos que la propaganda sea mala. Decimos
que el gobierno municipal debería incentivar el turismo. Estar al tanto de lo
que hace o deje de hacer el Alcalde es un deber ciudadano, pero primero debe
ser asegurar el futuro de la población.
Sabemos que nada es gratis, como también sabemos que existen
bolsones de miseria en el distrito, a los que hay que ayudar.
*Calculo
M&A
Más para leer
No hay comentarios.:
Publicar un comentario