Al
parecer para algunos gobernantes no es suficiente la crisis económica en los países
“desarrollados” que ya dura cinco años, con el problema interminable israelí-palestino,
el problema africano, y ahora ultimo,
con el debilitamiento de la economía de los países “emergentes”, ahora quieren
reeditar lo acontecido en el año 2003 con la invasión a Irak o tal vez la invasión
a Libia, la guerra de Afganistán o el traspié en Pakistán, hoy renace la misma monserga,
intervenir en Siria en nombre de la humanidad.
Muchos
no están de acuerdo con esta medida, incluidos ciudadanos estadounidenses, que
conscientes de las graves repercusiones quieren hacer desistir al presidente
Obama de tomar esa decisión. Lo cierto es que liderar políticamente a los EUA
es gobernar con los que poseen grandes intereses en el complejo industrial-militar.
Lo que es cierto es que EUA quieren dejar de intervenir en Afganistán lo más
pronto que puedan, los talibanes simple y llanamente derrotaron a las fuerzas
estadounidenses tal como lo hicieron anteriormente con la desaparecida URSS.
Los
negocios son los negocios y EUA con una economía estancada en el futuro próximo
debe hacer caso a las exigencias más reaccionaria de la derecha estadounidense.
De todo lo que hemos visto lo más patético son las justificaciones para iniciar
el ataque estadounidense contra Siria; sin embargo esta es la explicación más
realista y racional que enfoca el asunto. Para esto se requiere dar respuesta a
la siguiente pregunta: “¿Por qué quiere
hacerlo? La respuesta mediata surge de la decadencia de los EUA como potencia industrial e
imperialista, revelada, en primer término, por su enorme e impagable deuda pública
y la crisis económica que continua. Su aparato productivo comienza hacer agua,
erosionando por sus contradicciones internas y desplazado por rivales que
crecen a mayor ritmo. Correlativamente, la composición de su población sigue
cambiando, los grupos antaño dominantes son desplazados lentamente de ciertas
posiciones de poder, y en las mayorías sociales se observa una lenta transformación
ideológica. La misma elección de Obama –un nombre con el cincuenta por ciento
de sangre africana-, que hubiera sido impensable hace solo treinta años, indica
que las preferencias de las mayorías en este país están cambiando. Que Obama
sea un administrador de un gobierno imperialista, es otra cosa. Para eso se hizo
elegir, como otros mandatarios” (Jorge Rendón Vázquez).
La
necesidad de deshacerse del stock de armamento obsoleto, de renovar cuanto
antes parte de su arsenal de guerra y de colocar en el mercado de armas el
stock que tiene garantía operativa posibilita al aparato productivo apostar por
la invasión a Siria, haciendo caso omiso de los dos millones de desplazados y
la sangría y destrucción del país. Sin duda el precio lo pagara tarde o
temprano la población siria aunque las Naciones Unidas hasta el día de hoy no
haya puesto énfasis en prohibir la agresión a la cual se sumo desde la semana
pasada el presidente socialista francés Hollande.
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