Por Oscar Muñiz
Bolivia reaccederá a la Convención Única de la ONU sobre Estupefacientes,
lo cual le permitirá al poblador del país masticar la hoja de coca. Solo 15
Estados objetaron su ingreso, dentro de ellos EEUU, Rusia y Francia. La gestión
de su reingreso fue a solicitud del actual presidente de Bolivia Evo Morales,
la cual fue hecha al Secretario General de la ONU en diciembre de 2011. El
reingreso de Bolivia se hará efectivo el 10 de febrero de 2013.
Bolivia se había retirado del tratado en el 2011 debido a
que las disposiciones vetaban el masticado de la hoja de coca. En marzo de 2009
en el plenario del Segmento de Alto Nivel de la Comisión de la ONU sobre Drogas
realizada en Viena, el presidente Evo Morales se manifestó de la siguiente
manera: “Una hoja de coca no es cocaína, es parte de una cultura. Su masticación
no hace daño a nadie. Es medicina para los pueblos y no es dañina para la salud
en su estado natural. Vengo con mucho respeto a pedir corregir un error histórico”.
La prohibición del uso de la hoja de coca, salvo para usos médicos
y científicos, se materializo en la Convención Única sobre Estupefacientes de
1961, apareciendo la hoja de coca junto a la cocaína y heroína. Aun más drástica
la Convención estipula hasta el día de
hoy, con respecto a las plantaciones de hoja de coca, que “Las partes obligadas
a arrancar de raíz todos los arbustos de coca que crezcan en estado silvestre y
destruirán los que se cultiven ilícitamente” y “La masticación de la hoja de
coca quedara prohibida dentro de los 25 años siguientes a la entrada en vigor
de la presente Convención”.
Irónicamente la petición hecha a la ONU fue realizada por el
representante permanente de Perú, solicitando en 1949 que en base a un informe
que debería realizar una comisión de la ONU producto de su vista a Bolivia y Perú,
se tomasen las medidas pertinentes. Es así que este informe fue publicado en
1950, donde se indicaba como conclusión que el masticado de la hoja de coca era
perjudicial, aunque también quedaría registrado que el masticado era un habito
mas no una adicción.
De inmediato el informe fue calificado de arbitrario,
impreciso y racista; al equipo que lo elaboro se le critico severamente por la
defectuosa metodología utilizada y, por el uso indebido e incompleto de la
literatura científica utilizada para dicho fin.
Por cierto es una reivindicación para “hoja sagrada” y no
por una leguleyada la cultura andina, sus costumbres debieron ser
discriminadas, como lo han sido durante 64 años.
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