A la crisis económica, que dura ya cinco años, la tratan de
manera impersonal, como si fuera un fantasma, un espejismo o al menos un ente
sin nombre ni apellido. Solo baste leer el titulo de una noticia aparecida en
el diario El País , en donde se lee: “El FMI cree que
necesitará un billón de dólares para superar la crisis económica”. Dos cosas se
deben decir. Primero, es que no
satisfizo los cerros de cientos de millones de dólares facilitados a los responsables
de la crisis, sean estos estadounidenses o europeos; segundo, de cuando aquí
hoy se habla con tanta ligereza de cientos de millones de dólares, como si
fueran unos cuantos centavos. Esto es inaudito, ¡Que facilidad! ¡Que flema!,
como si en el mundo solo existiesen unos pocos privilegiados a los que se les
debe ayudar.
Alguien tiene que parar esta cascada, no es posible que EEUU
se debata en un levantamiento social permanente, como tampoco es permisible que
nadie ponga coto a este alienígena que es el mercado. Alienígena porque nadie
lo ve ni lo verá, al igual que a los protagonistas de los casos sobre OVNIS o
UFO’s.
Hungría
cederá “a la fuerza, pero no a los
argumentos” de la UE. Este es el tipo de comportamiento que se busca que
aflore, es tan peligroso que el ciudadano común y corriente, harto de vivir en
angustias diarias diga ¡Se acabó! Y todo lo que pudo ser, termine en la
anarquía o lo que es peor, pidiendo que regresemos a las décadas antes del
1990. “Si el rio suena es porque piedras trae”.
Es que de nada sirvió pasar por dos guerras mundiales, por
la aparición del comunismo en la Rusia zarista y en la China de Mao; es que no
hemos aprendido la lección del caso cubano o el angoleño, sin dejar de
mencionar el chileno, argentino o boliviano, y otros muchos más.
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