Oscar Muñiz C.
2016, año en que finaliza el gobierno del presidente Ollanta
Humala Tasso.
Fue este gobierno políticamente criticado, con más fallas
que aciertos, tanto en la conducción económica como en el que hacer público,
especialmente cuando se trató de ventilar airadamente la vida personal y
familiar del presidente. Para un mediano entendido en estos asuntos, toda la
responsabilidad es del mandatario.
Analizar los indicadores que se acostumbra cotidianamente es
por demás inoportuno. Basta hacer referencia a la información del banco Central
de Reserva del Perú, organismo con seriedad probada. ¡Quién puede dudarlo! Pero
hay que reconocer, hasta las exageraciones dichas con seriedad tienen alguien
que las crean. Solo veamos el parámetro pobreza.
En el año 2013, dos años después de inaugurado el gobierno,
la pobreza era de 23.9 %. Aún más, se indicaba que 491 mil personas habían
dejado de ser pobres, pero que 7.3 millones de personas se encontraban en
situación de pobreza. Para hacernos una idea más precisa de la evolución de
este asunto, en base al análisis de la variación del gasto e ingresos en el
quinquenio 2009-2013 la pobreza disminuyo 9.6 %.
POBREZA Y OBREZA
EXTREMA
AÑO
|
POBREZA %
|
POBREZA EXTREMA %
|
2009
|
33.5
|
9.5
|
2010
|
30.8
|
7.6
|
2011
|
27.8
|
6.3
|
2012
|
25.8
|
6.0
|
2013
|
23.9
|
4.7
|
Como era previsible, el área rural alcanzo un grado de
pobreza de 48.0 %, situación por demás
preocupante si es comparada con el 16.1 % que represento la zona urbana.
POBREZA AREA URBANA Y
RURAL
AÑO
|
URBANA %
|
RURAL %
|
2009
|
21.3
|
66.7
|
2010
|
20.0
|
61.0
|
2011
|
18.0
|
56.1
|
2012
|
16.6
|
53.0
|
2013
|
16.1
|
48.0
|
Aún más. Se observó que en la Región de la Sierra se concentró
el 37.4 % de la pobreza, en la Región de la Selva el 31.2 % y en la Costa el
15.7 %. Solamente en Lima Metropolitana se concentraba el 12.8 % de la pobreza.
Pero la pobreza extrema sí que es un problema insondable,
tal como se muestra en el penúltimo cuadro. Tan es así que 375,800
personas dejaron la pobreza extrema
hasta el 2013, aunque existe 1.4 millones de personas que viven en esa
situación.
En el 2015 la pobreza fue de 20 %. Por aquel entonces
se previó que para el año 2016 sería de
18.7 %. Sin embargo, ese año el 21.8 % de la población del Perú se encuentra en
situación de pobreza monetaria.
Un dato a tomar en cuenta. En la Región de la Selva la
pobreza disminuyó entre el 2014-2015 en 1.5 %, pasando de 30.4 % a 28.9 %;
mientras que en la Región de la Sierra bajo 1.4 %, de 33.8 % a 32.5 %; en la Región
de la Costa bajo de 14.3 % a 13.8 % lo que significó una disminución de 0.5 %.
No cabe duda que la pobreza va de la mano con dos problemas
que no fueron encarados con la seriedad debida. Nos referimos al factor empleo
y al creciente asistencialismo
gubernamental. Este último parámetro, el asistencialismo, no fue definido
objetivamente en el tiempo, más bien fue la argucia de la salida fácil cuando
no se tiene argumentos en el sostenimiento de una política económica que ayude
a un plan objetivo de empleo.
No podemos dejar de referirnos al insuficiente esfuerzo del
gobierno de OHT en la creación de empleo estable y bien remunerado. Sin duda se
pudo hacer algo más, pero los problemas generados por el entorno más cercano al
presidente sobrecargaron la atención en otros aspectos que lograron desestimar
la importancia y trascendencia de este trabajo.
Otro asunto de vital importancia en la toma de decisiones
fueron los casos de corrupción de funcionarios, y de personas cercanas al
presidente. Este mal endémico afecto no solo la economía, sino también los
elementos comprometidos con el desarrollo del país. Podría decirse sin riesgo a
equivoco, que la corrupción es el cáncer social de la sociedad peruana.
No creemos que con el cambio de administración para el
próximo quinquenio 2016-2021, la situación cambiara para mejor. El problema que
plantea la corrupción es más profundo de lo que podemos imaginarnos. A manera
de ilustración. Cierto sector político exige al presidente electo Pedro Pablo
Kuczynsky que aclare lo hecho por el mismo respecto al contrato del gas. ¿Qué
habrá, que la mayoría de los peruanos desconoce? ¿Pedro Pablo Kuczynski se
animara a esclarecer este lastre?
¿Perspectivas para la siguiente administración 2016-2021? Ninguna.
El aparato estatal es renuente a los cambios. Si bien es
cierto que la burocracia esta apaciguada momentáneamente, la burocracia de la administración
de los gobiernos locales es un verdadero problema. El caso más palpable es la del
municipio de Lima junto con su actual alcalde. Mientras no se solucionen los
problemas embalsados durante décadas como el ordenamiento del transporte o el
comercio ambulatorio, el gobierno central poco o nada podrá hacer. La desconfianza
infundada entre el poder central y el local sigue siendo un punto de fricción
que impide el desarrollo.