Oscar Muñiz Corro
La economía en el Siglo XX argumentaba sus explicaciones con
la herramienta más poderosa pero no más conveniente como lo es la matemática.
Se dio el lujo la economía hasta de hacer uso del cálculo infinitesimal
(calculo diferencial y calculo integral) para escarbar en lo más hondo de las
relaciones económicas y humanas, como si
los fenómenos económicos se proyectaban fuera de la estratosfera o de la
ionosfera.
Hubo un decano del programa de economía de una universidad
de ingeniería en Lima, que desdeñaba a toda aquella universidad que no
utilizaba la matemática en la enseñanza de la economía, dilapidando a esta que
enseñaba la economía de los violines. Después de un tiempo el colegiado de
economistas de Lima no reconoció a los egresados de esa facultad como economistas
puesto que tenían su membresía como ingenieros economistas. Una aberrante designación.
En fin… Lo que se debe recordar es que la economía es parte de
las ciencias sociales y, es por esta razón que a nadie se le ocurría utilizar
la matemática en sociología o antropología. Es esta razón, al fin y al cabo,
una de tantas razones por la que saludamos efusivamente la designación del
Premio Nobel de Economía 2017 a Richard H. Thaler.
Thaler, contribuyo a la economía con sus estudios sobre economía
conductual, la cual integra la economía y la psicología.
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