Oscar Muñiz Corro
Según la EITI, se estima que los países en desarrollo
pierden un trillón de USD cada año como resultados de negocios corruptos e
ilegales.
Iniciativa para la Transparencia en las Industrias Extractivas
(EITI por sus siglas en inglés, Extractive Industries Tranparency Initiative),
es un acuerdo internacional entre gobiernos, empresas y las organizaciones de
la sociedad civil. Su fin es promover la transparencia y rendición de
cuentas de los pagos efectuados por las
empresas de la actividad minera, el petróleo y el gas hacia los gobiernos y los
ingresos que los gobiernos registran por dichos conceptos.
El Perú es el único país de América que integra la EITI,
país que está obligado a cumplir con el esquema de trabajo de la EITI y, cuenta
como soporte de la Comisión de Trabajo que la componen el Ministerio de Energía
y Minas y el Ministerio de Economía y Finanzas por parte del Estado peruano;
por parte de la sociedad civil el apoyo viene de Acción Solidaria para el
Desarrollo, el Grupo Propuesta Ciudadana, el Centro de Estudios Regionales
Andinos Bartolomé de las Casas; el Centro de Cultura Popular, por la Pontificia
Universidad Católica del Perú y la Universidad del Pacifico, y por el lado de
las industrias extractivas se encuentran la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo
y Energía , Southern Peru Copper Corporation, Compañía Minera Antamina y Repsol
Exploración Peru sucursal del Peru.
Se espera que todo no este perdido. Desde luego que la
actual situación es reflejo de la realidad de la década 2006-2016,
especialmente en lo que se refiere a la nula transparencia y al alto grado de corrupción,
no solo en el Ministerio de Energía y Minas y en Petroperú, organismos ligados
con los propósitos del EITI. No desdeñemos que la corrupción gubernamental y
privada en Perú se convirtió en metástasis, desde los cimientos del organismo
encargado de ejecutar justicia, hasta los niveles más domésticos de la sociedad
peruana. E sumun de esta situación es el caso Lava Jato el cual involucra a la
sociedad peruana en su conjunto y proporciona la evidencia del destino de los
peruanos. Desde hace años, el Peru se encuentra de cara al más dramático tipo
de corrupción después de lo acontecido en la guerra contra Chile, el caso del
guano, el de la pesca o el caso fujimontesinista.
Al parecer todo indica que hasta el actual presidente del país
se encuentra comprometido en el caso Lava Jato. Por esta razón su interés solapado
en liberar al encarcelado ex presidente Fujimori, este último personaje
siniestro que con su libertad demostraría que en el Perú la justicia no existe
y que la ley no igual para todos.
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