Asesoria Economica Financiera y Medio Ambiente

7 de abril de 2014

Dos mundos









Oscar Muñiz




Entendemos por inquietud, “La inclinación del ánimo hacia algo, especial en el campo de la estética”. La estética no es casualmente nuestro campo, sin embargo este concepto nos sirve para tratar el tema sobre las necesidades insuperables, aquellas cotidianas acciones que ejecutan hombres y mujeres en cualquier ciudad que posea los adelantos tecnológicos suficientes como para realizar acciones, desde disfrutar de un momento de distracción hasta una compra online. En esta oportunidad nos basados en una situación hipotética pero posible de la vida cotidiana en cualquier ciudad medianamente premunida de un mercado de la información.

Una persona, llámese como se quiera llamar, se encuentra navegando por internet. Su impulso de comprar una mercadería que satisfaga su necesidad y de la cual ignoraba incluso antes de “salir” de compras. Aquí hay dos escenarios, la compra la hace virtualmente, y el descubrimiento de una necesidad que no la registraba conscientemente.

Mucha gente considera que las compras en el futuro se harán por internet-catalogo, sin embargo existen otros grupos de personas que no lo creen así; sus preferencias discurren por otras formas de hacer las compras. Sin embargo este tipo de transacciones se extiende cada día más en el mercado de los bienes y servicios.

Podríamos afirmar que la tendencia de hacer las compras online cada vez se extiende mas, por lo menos en las grandes ciudades. No son pocos los negocios que ponen a disposición del público los bienes y servicios de su especialidad por medio de internet, hasta han logrado montar todo un sistema físico para satisfacción este tipo de negocio. Otrora fue el famoso “delivery”, solo bastaba marcar un numero telefónico para encargar el bien o servicio que se necesitaba. Hoy este delivery  se extendió a un mercado más amplio y competitivo, ya que las exigencias de una infraestructura real por superficie es más rentable.

Actualmente este sistema de compra-venta se potencializo con la aparición de los teléfonos móviles inteligentes, los famosos smartphone, con ellos el “delivery” tradicional tiende a ser sustituido por el mercado por catalogo, y este es un mercado que va desde la compra venta de un alfiler hasta de un barco. Su dinámica es notoria, se la puede medir tan solo ingresando a las cientos de miles de webs por especialización.

Pensemos ahora en lugares como los Pirineos, tal vez la selva amazónica o la zona andina. Ahí hay internet, lo que definitivamente no hay es el mercado por catalogo. La vida en esos lugares transcurre sin prisa, los problemas cotidianos son los básicos de salud, educación, pues el mercado es la misma huerta-establo o a lo mucho el mercado dista unos cuantos metros de donde nos encontramos. Es que comprar o vender en estos lugares es lo que siempre fue, un lugar de reunión o encuentro entre la demanda y la oferta, en donde convergen y entrelazan el tira y afloja. En este espacio no hay rigidez de precios, el anonimato fue eliminado; si quieres comprar, compras, sino, habrá otros compradores esperando su oportunidad. El amanecer en estos lugares le permite a uno adquirir conciencia de lo que es la Naturaleza, donde las 4 a.m. es tarde para empezar el día, como las 7 p.m. es tarde para descansar.

Entre las ciudades como Nueva York, Paris, Roma, Bon, Londres, y Lima, Bogotá, Santiago, Rio de Janeiro, México DF, son muy pocas las diferencias. Los problemas sociales, de salubridad o de mercado entre estos dos grupos de ciudades son comunes. Son ciudades que se encuentran bajo el mismo esquema de desarrollo. Ciudades intermedias como Cusco, Medellín, Córdova, son conglomerados en agonía, en algún momento sucumbirán al influjo del primer grupo. Pero aquellos pueblos que existen en muchos países que se les denomina comarcas, provincias, aldeas o simplemente pueblitos son los que de una u otra manera, aunque languidecen, son la diferencia entre una  población citadina cansada, abrumada por el estrés y la deshumanizacion.

Los conglomerados humanos condenados a sucumbir al modernismo cada día son mas, la migración es el vaciamiento de los pueblitos, es el demonio para los conglomerados humanos de alta densidad con internet, smartphones y mercados-catalogo. Viven con el enemigo, ese enemigo llamado industrialización o modernismo, aquel enemigo que sabiendo quien es y el daño que causa, opta por el encausamiento hacia sus fauces.  ¿Sera inevitable que las comarcas, provincias, aldeas o simplemente los pueblitos o se vacíen y desaparezcan o sean enguidos por el enemigo? En este caso la pregunta obligada es ¿Qué alternativa existe?

El Perú es cuna de civilizaciones, una de ellas fue la Inca, con sede en la Ciudad Imperial el Cusco. De ella el Perú actual heredo una serie de parámetros y costumbres que hasta el día de hoy se practican, algunos de ellos con más o menos modificaciones. Por ejemplo la minga , que en quechua se pronuncia minka , y significa <Compromiso, contrato o convenio para un trabajo entre el trabajador y la persona que necesita sus servicios>. Actualmente en la región de la Costa se usa el término “pollada”, que consiste en lo mismo que la minga pero con un acriollamiento de acuerdo al tiempo en que vivimos.







Un ejemplo de lo que se produce en la actualidad se relaciona con el distrito de Chetilla , pueblo ubicado entre los 2000 y 4,010 msnm,  en el departamento de Cajamarca. Según Hugo Salinas, en Chetilla se sigue practicando la minga, que es un trabajo ancestral que consiste en que todos los miembros de una comunidad participen en la resolución de un problema comunitario para satisfacer una necesidad colectiva. Salinas sustenta que este es un primer paso para la creación de la empresa en el Perú, la que él denomina empresa-país. En el caso de Chetilla no fue ni lo es obtener dinero ni capital, es más bien, cubrir la necesidad del servicio eléctrico.






Este sistema elimina la concentración y activos en pocas manos, mejor dicho, elimina la apropiación de los servicios por accionistas nacionales y extranjeros, léase inversionistas, bloqueando al gran y mediano capital y a la posibilidad de generar desempleo.

En el año 2001 fue terminada la primera planta de la hidroeléctrica con una capacidad de 80 Kw, para después de siete años reemplazarla por otra planta de 250 Kw. Actualmente esta obra se caracteriza por servir con energía eléctrica a una población de más de 7 mil habitantes, encontrándose intercomunicada con líneas primarias y secundarias, con un tendido de cable de más de 130 km en todo el distrito, y en donde se puede mostrar este trabajo ancestral incaico que ni los gobiernos central, regional o local tuvieron una mínima participación.

Resumiendo, esta obra  sintetiza varios aspectos como por ejemplo que el financiamiento para su obra proviene de los mismos ciudadanos con el propósito de que las utilidades pertenezcan a los ciudadanos del país en partes iguales. Por ahora la administración se encuentra en manos de la municipalidad distrital de Chetilla, habiéndose creado la Asociación para el Desarrollo de la Generación, Distribución y Control del Servicio de la Energía Eléctrica del distrito de Chetilla, para impedir distorsiones provenientes de la administración pública en su gestión, y que por lo tanto los activos físicos y financieros pertenezcan al país.


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