Oscar Muñiz
El FMI reconoce que “Los
jóvenes latinoamericanos se muestran preocupados por el empleo y la educación”.
Adicionalmente, David Lipton, primer
subdirector gerente y asesor especial del director gerente del FMI, en las
reuniones que realizo a México, Chile y Perú se reunió con estudiantes
universitarios, dijo “En esta economía mundial, donde el grado de
interdependencia entre los países es tan grande, lo que ocurre en el resto del
mundo es realmente importante para su futuro”.
¡Faltaba más! Cualquier funcionario de quinta categoría, de
cualquier organismo sabe de antemano lo que piensan los diferentes estratos de
la sociedad latinoamericana sobre el FMI, mucho más tratándose de los jóvenes.
Inaudito que el FMI, organismo que dejo ingratos
recuerdos a los que hoy cuentan con más
de 55 años de edad, aparezca diciendo sandeces.
El dialogo con los jóvenes se denomino “Economía y futuro de Latinoamérica: La juventud opina”.
Participaron entre 200 y 300 estudiantes en cada encuentro, provenientes de
universidades públicas y privadas, abordando temas como el cambio climático, los
recursos naturales, entre otros.
Fue notoria la preocupación de los estudiantes el tema del
empleo. Argumentan que no cuentan con una experiencia importante. También se
refirieron sobre la preocupación por la automatización, la cual les arrebata
cierto tipo de trabajos. Como respuesta Lipton dijo “En esta economía moderna no se trata solo de adquirir
conocimientos, sino de ser creativos e innovadores” Esta fría y destemplada apreciación
de parte de un funcionario internacional deja mucho que desear.
En otro pronunciamiento el FMI trato los temas de recursos
naturales y empleo; con sorpresa para la mayoría sostiene, “En la mayoría de los casos las industrias extractivas en los países
andinos –Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú- no son grandes empleadores”. Cuando
el fondo expresa su opinión de esta manera, deja entrever que la soberbia y su
suficiencia la perdieron de seguro en algún vuelo de avión, lo cual no es
cierto. El asunto concreto es que este organismo no puede tapar el Sol con un
dedo, cuando se refiere a las exportaciones de recursos primarios por parte de
las economías latinoamericanas, mucho menos cuando esos recursos naturales son
no renovables. De aquí sale nuestra pregunta que últimamente nos hacemos ¿Qué
harán –los países exportadores de recursos naturales no renovables- cuando se
les agote lo que hoy exportan? Más aun cuando el FMI pregona y sostiene que el
rol de los gobiernos es proporcionar a los inversionistas creíbles regímenes
fiscales para que exploten, desarrollen y produzcan, como también tienen que
cumplir con disponer de una buena infraestructura, servicios sociales y
seguridad en las zonas de extracción de los recursos naturales para
exportación, a cambio de recibir una parte razonable de los ingresos. ¡Así de
sencillo y claro, ni el agua!
La brecha entre los países industrializados y los
subdesarrollados es justamente el haber aprovechado el preciso instante en que
hizo su aparición la Revolución Industrial. Hoy estamos ad-portas de la Revolución
de la Información y países como Perú dependen íntegramente del mercado tecnológico
foráneo, no tiene aun ni siquiera una alianza estratégica en respuesta a su
dependencia tecnológica, lo cual amplia más la brecha, pues ya no solo dejara
de exportar lo último de sus recursos no renovables poco cotizados, sino también
estará desprotegido en la nueva era de la información que hace algunos años atrás
inicio su carrera.
Lipton habla frente a la nueva generación sobre creatividad e
innovación, pero no se da cuenta que esa juventud es la que percibe en carne
propia la desventaja inexorable que trae consigo toda conquista, siendo la que
se avecina una conquista silenciosa, juguetona y a todo color, en 4D, estéreo
digital, por cable, en PC o Smartphone.
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