Asesoria Economica Financiera y Medio Ambiente

20 de enero de 2007

El Perú necesita una respuesta urgente

El Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social publicó para discusión interna en mayo de 1968 el trabajo de Estevan Strauss, La Evaluación de la Potencialidad de los Recursos Naturales para Fines de Planificación Económica en Países en Desarrollo, el cual consta de once partes, pero en esta oportunidad se hara referencia solamente a lo que concierne a la Evaluación de los Recursos Raturales.

Previamente señalemos los criterios básicos que se esgrimen como antesala al ingreso propiamente de dicho tema. El autor considera que el desempeño de los recursos naturales en el desarrollo económico es muy variable, en cuanto el grado de desarrollo del país y según la estructura de su economía. Agrega que existe una notable diferencia en cuanto a la importancia de los recursos naturales entre los países industrializados y los en desarrollo. En los países industrializados la agricultura, ganadería, industria forestal, minería y pesca suman muy poco al PNB y utilizan menos mano de obra. Mientras que en los países en vías de desarrollo su condición de abastecedor de materias primas los hace dependientes a la disponibilidad de sus recursos naturales. Esta característica hace que se distingan los países ofertantes de materias primas o lo que es lo mismo los países en vías de desarrollo y los países demandantes o industrializados.

Hay que tener en cuenta que más de la mitad de la población económicamente activa de Latinoamérica se ocupa directamente en la explotación de los recursos naturales y si esta estructura económica no cambia, esta mano de obra que año a año se incrementa, se verá ligada indefinidamente a utilizar la estructura primaria de explotación como su ocupación primaria.

Frente a esta situación, en los últimos veinte años en la región se hacen dos preguntas tal cual legítimamente las hace E. Strauss; ¿hasta qué punto la dotación de recursos naturales de un país es capaz de absorber productivamente el crecimiento demográfico antes que el resto de la economía sea capaz de absorber totalmente este crecimiento? Y ¿ cómo se puede definir de una manera coherente lo que denominamos dotación de recursos naturales?

El proceso de planificación económica requiere de una amplia experiencia y de un basto banco de información que permita, en combinaciones optimas, elaborar planes de desarrollo económico. Las estrategias de desarrollo debe contar por tal motivo con una adecuada y firme imagen de la potencialidad de los recursos naturales del país y conocer con certeza la medida en que estas pueden coadyuvar al futuro desarrollo.

El diseño y propuesta de los proyectos de desarrollo dentro de una planificación económica sólida no debe considerar a los recursos naturales desde un punto de vista de la demanda, más bien deben ser considerados como posible logro de desarrollo económico de las áreas comprometidas y su irradiación consecutiva.

Dijimos que uno de los requerimientos es el contar con un banco de información suficientemente amplio, coherente y consolidado que permita disponer de datos sobre los recursos naturales ya que los costos de investigación son elevados. Es así que E. Strauss afirma que frente a esta situación “la programación de la investigación de los recursos naturales, coordinada con el proceso de planificación económica, constituye la clave para lograr un mayor aporte de los recursos naturales...” .

De esto es lo que adolece el Perú desde 1992. Clausurado el Instituto Nacional de Planificación (INP) que era el encargado del proceso de planificación económica y la Oficina Nacional Evaluación de Recursos Naturales (ONERN) la encargada de la investigación de los recursos naturales, el Perú dejo de contar con los organismos que ubicaban los recursos específicos y las áreas con mayor rentabilidad en su explotación con el fin de contribuir al desarrollo económico y social del país.

La otra pregunta que formula E. Strauss es ¿cuáles son los recursos naturales del país que mejor contribución puedan hacer a su desarrollo económico y social? La respuesta está en las publicaciones en tres niveles -reconocimiento, semi detallado, detallado- que desarrolló la ONERN, lo que Strauss llama de “aproximaciones sucesivas”. Allí esta el esfuerzo de tres décadas plasmada en informes, estadísticas, cartografia, etc. de los recursos naturales del Perú.

Pero el problema no queda reducido a este craso error, de haber clausurado estas dos instituciones, sino también en no restituir estas entidades que son vitales en la vida económica y social del Perú, ya que a la fecha solamente el “mercado”(?), las entidades privadas y el gran capital tienen poder en las decisiones que hasta la fecha se han tomado con respecto al futuro de la economía peruana. Además, mientras el Estado Peruano no cuente con instituciones con carácter multisectorial como lo fueron el INP y la ONERN, seguirá adoleciendo del orden necesario en los campos del medio ambiente, ecología y recursos naturales.

Falta un ente rector en el Estado Peruano. No es posible seguir delegando las funciones de Estado a los entes privados sean estos nacionales o extranjeros. No es posible que el Perú hasta la fecha no cuente con un ente rector en el campo del medio ambiente que sirva como interlocutor válido. Que si bien hasta 1984 la evaluación de los recursos naturales fue realizada en casi la totalidad del territorio peruano, hasta la fecha no se cuenta con un organismo integrador sobre asuntos de medio ambiente, aspectos que eran visto y tratado técnica y científicamente hasta 1992.

Esta falta de instituciones en el campo de la planificación y del medio ambiente es una necesidad urgente, que se augura seguirá por cinco años más, con el nefasto resultado de la pobreza de millones de peruanos y la frustración de los entendidos.

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