Por Oscar Muñiz
Una vez más nos referimos al caso de la delimitación de la
frontera marítima entre Perú y Chile.
Tanto peruanos como chilenos de cualquier nivel socioeconómico,
credo, condición o creencia política, están en su derecho de opinar sobre este
asunto, mas no tienen ninguna injerencia en la conducción ni en las deciciones
que se toman para la obtención de la solución del problema, para esto tienen
autoridades democráticamente elegidas en elecciones generales. Es el presidente
de la republica en cada país el que conduce la política exterior y el que con
sus consejeros, asesores y demás órganos consultivos toma las decisiones que más
convenga a los intereses de sus respectivos países.
Si se acepta lo anterior, es el presidente de la republica y
el canciller, los que tienen el deber de conducir, cada uno en los niveles
respectivos de su competencia, los destinos de la defensa de los intereses
nacionales. Los políticos, tecnócratas y población en general tienen la
oportunidad de acompañar con su apoyo democrático las gestiones que su
presidente resuelva tomar en beneficio del pueblo en su conjunto. Los
adjetivos, las intolerancias, y demás excesos verbales de parte del conjunto
general de acompañantes están demás, solo pueden servir para enturbiar el
ambiente jurídico y legal.
Comentario aparte merecen los integrantes de las fuerzas
armadas. Estas se encuentran bajo el mando del presidente de la nación, tanto
por ser presidente de la república como por ser el comandante en jefe de las
fuerzas armadas. Por estas características estas agrupaciones deben estar al margen de
cualquier discusión, más aun, de cualquier opinión, si fuese lo contrario, se rompería
la condición de neutralidad en los asuntos de política interna, y por lo tanto,
desacreditaría al mandatario.
El 27/01/2014 se cerró para Perú, el capitulo sobre sus
fronteras marítimas, con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La
Haya (CIJ), dando así respuesta a la demanda peruana contra el Estado chileno
en la consideración histórica de usufructo indebido del mar peruano, incluida
sus riquezas marinas y del zócalo continental, con el agravante de haber
pretendido usurpar, como lo hicieron con Arica, e infructuosamente en la Región
de Tacna, designada por los peruanos como la Ciudad Heroica, por haberse negado
ser parte del territorio chileno, después de la Guerra del Pacifico 1879.
Desde el momento en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ),
dio a conocer públicamente los límites marinos entre Perú y Chile, su fallo
sufre ataques por el lado chileno para dilatar su implementación. No solo
senadores chilenos se han pronunciado en contra del resultado, también se ha
atrevido hacerlo un ex presidente chileno. Lo lamentable es que, como en el
caso del litigio territorial chileno-argentino, Chile solivianto su
nacionalismo pretendiendo llegar al enfrentamiento bélico con Argentina. Este
hecho beligerante e inaceptable no está descartado frente a Perú, aun cuando
desde el mes de marzo próximo Chile juramentara a su nueva presidenta, aquella
que en su oportunidad tuvo el desatino de expresarse en términos altisonantes
sobre las aspiraciones peruanas.
Lo cierto es que el mapa de ambos países, Perú y Chile, se
han modificado desde el 27 de enero 2014, hecho incontroversial, guste o no a
los chilenos. Si de arrogancia, malos entendidos o acciones deshonrosas sin visión
de futuro, se podría responsabilizar a
Chile; no queda ninguna duda que este fallo sobre el límite marítimo de Perú grafica
de manera justa lo que el Perú aun sin alcanzar el total de sus aspiraciones, lo
acepta, poro no tiene porque aceptar el equivocado y lamentable concepto de los
chilenos sobre lo que nunca fue suyo, mucho más cuando ponen en juego y riesgo
la paz y la verdad. Su integridad moral como país está en juego, como su legalidad
internacional. El mundo está advertido.
Nueva delimitacion |
Decimos con claridad, no creímos que Chile aceptaría el
fallo limítrofe con Perú, como tampoco creímos que Chile había cambiado para
bien, la desconfianza ganada es producto de sus propios actos contra países vecinos
como Argentina, en el caso de la guerra contra los británicos (Islas Malvinas)
y en el conflicto peruano-ecuatoriano. Se estima que en los próximos días, a lo
más, en las dos próximas semanas, el acatamiento del fallo de la CIJ, sea
definitivamente acatado por Chile, sin reclamo alguno y sin murmuraciones. Además
se espera de la parte chilena ofrecer al mundo la disposición más constructiva
a la hora de determinar lo que falta aun por implementar en el trabajo conjunto
con las autoridades peruanas.