Oscar Muñiz
Han pasado siete años desde que el colapso financiero se
inicio en los EUA, cuando fracasaron todos los esfuerzos por evitar la
estampida en las más prestigiosas empresas de ese país. Las finanzas se iban a
pique, el despido laboral era incontenible, estaba a vista y paciencia la
quiebra empresarial, el pánico se apoderaba de toda la pirámide poblacional de
ese país.
Las repercusiones no se hicieron esperar. En la Unión
Europea las economías de todos los países caían una a una, luego el pánico se
apodero de la población. Siguieron años de protestas, de caos e incertidumbre.
Hasta el día de hoy la situación no cambia, el desempleo laboral es una tragedia
para millones de personas, el crecimiento económico no pasa de un digito, y
para males de colmos la corrupción se empina cual daga sobre el pescuezo de los
europeos.
Paralelamente a estos hechos la otra mitad del mundo goza de
relativa buena salud económica, las inversiones han acelerado el crecimiento
económico, el PBI se robustece desde hace media década. Sin embargo, tal como
en la otra porción del mundo, la plaga de estafadores, el mal manejo económico torna
perspicaces al grueso de la población.
En este escenario se forjaron varios arquetipos de
liderazgo. Por un lado se fortaleció el grupo BRICS, lo mismo que las economías
latinoamericanas tuvieron un respiro, desarrollando mecanismos de
comercialización de sus recursos naturales con el gigante chino. Por otro lado,
la competencia entre los gigantes de China y EUA, por el liderazgo
económico-financiero mundial, que rompa la ligazón con la globalización, el FMI
y sus ataduras con el dólar como moneda de intercambio mundial.
Por estas razones y aceptando el punto de vista del momento
del disloque económico, la Reserva Federal concluyo con el último programa de
compra de activos QE3 o compra de bonos del Tesoro estadounidense. La reducción
de las compras de bonos desde US$ 25,000 millones a US$ 15,000 millones, al 10
de noviembre 2014, hace tener unos US$ 15,000 millones, distribuidos US$ 5,000
millones en compras de titulación hipotecaria y US$ 10,000 millones en bonos
del Tesoro.
Esta reducción de las compras mensuales se concretaron desde
que se inicio el tapering (Comienzo
del retiro de las inyecciones de liquidez que la Reserva Federal ha venido
realizando sobre la economía desde la crisis de 2008 –Inversis Banco). Este
evento duró seis años, lo cual permitió inyectar dólares nuevos como parte de
la política monetaria de los EUA.
¿Para qué fue útil
este estimulo monetario? Fue para dotar liquidez al mercado financiero.
Esto empujo a que los precios estuvieran en alza con lo que se estimuló la
demanda y devaluó la moneda con el propósito de ayudar al sector exportador.
¿Qué continúa?
Los activos financieros, la inflación y las exportaciones no seguirán siendo
apoyadas como fue desde que se inicio la crisis de 2008.
¿Qué es lo que viene?
En el III trimestre-2015 la FED elevará la tasa de interés y quitara
paulatinamente los pequeños estímulos. A finales de 2015 la tasa de interés
podría estar entre 1.25% y 1.5%, después de un año entre 2.75% y 3.0%.
Repercusiones. La
situación actual de la UE se mantendrá o en el peor de los casos existe el
riesgo de deflación, hechos que serian agravados por las medidas de la FED. En
el Perú se podría iniciar un proceso de devaluación del Nuevo Sol. En este caso
sería imprescindible cerrar el déficit en cuenta corriente y evitar la fuga de
capitales, implementando reformas que ayuden a mejorar la situación del
crecimiento a mediano plazo.
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