Por Oscar Muñiz
El
crecimiento económico trata solamente que cuanto mayor sea su ratio, el
bienestar vendrá por añadidura, lo cual se transformará en progreso, felicidad
y la satisfacción de haber pasado por esta vida de la mejor forma; parafraseando
el asunto, es como decir “nadie me quita
lo bailao”. ¿Es posible pensar de otra manera? ¡Claro que sí!
El desarrollo económico es un tema más complejo que incluye,
entre otros asuntos, a los estilos de vida. Existen muchos autores que tratan
este tópico, ellos dejan de lado las formulas matemáticas y se apoyan en otras
disciplinas como la sociología, antropología, historia y porque no decirlo
hasta de la psicología humana.
Se nota por lo tanto que existe una diferencia entre
crecimiento y desarrollo económico, pues las civilizaciones antiguas como los
egipcios, incas, aztecas, jamás conocieron ni usaron las enmarañadas formulas y
planteamientos que pretende imponer el crecimiento económico, sin embargo
florecieron y perduraron hasta en nuestros días.
La mayoría dice que sin crecimiento económico nadie podría sobrevivir,
ni encaminarse al desarrollo tan deseado. Esto no ha sido demostrado, lo que si
existe es una corriente cada vez más influyente en salvaguardar los espacios
rurales con sus creencias, su economía, arquitectura, en si con su estilo de
vida propio y guardado cual tesoro más valioso.
Se habla mucho y se sigue escribiendo sobre la economía peruana
como un milagro, como un ejemplo de que su crecimiento económico es importante
para su desarrollo; sin embargo pocos se refieren a que esto no es determinante
para alcanzar el desarrollo económico que exige las actuales circunstancias. Al
respecto solo se necesita ver la dicotomía que existe entre lo real y lo que
imaginamos de la economía peruana. Sin embargo la ambigüedad económica-financiera
peruana es elocuente. Por un lado se muestra un Perú pujante, en progreso, con
un ritmo frenético en inversiones, construcción, modernismo; por otro lado la
Bolsa de Valores de Lima nos sorprende con sus indicadores que incrementan el pesimismo y con sus
indicadores económicos financieros que son elocuentes para no pensar optimisticamente.
¡Como no será un milagro la economía peruana… para algunos! Cuando
para muchos que solo reciben migajas después del banquete piensan lo contrario.
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