Oscar Muñiz Corro
En el Perú de todos los deportes que se practican el futbol es el deporte más popular como también el deporte con más apoyo financiero, comercial y demás beneficios. Por algo no deja de ser un coto laboral donde otrora las clases populares lo tenían como medio para lograr algo en la vida. En la actualidad el futbol es considerado como una “profesión informal” que facilita el acenso social, además del triunfo económico temprano, cosa que no ofrece ninguna profesión regular.
Desde 1930 hasta 1982 pasaron más de medio siglo en que el
futbol profesional se debatió entre la algarabía y la tristeza depresiva, situación que
ninguna actividad humana había experimentado. En ese lapso de tiempo el futbol
se hizo presente en la mayoría de los campeonatos mundiales hasta el de España
1982.
Desde aquel campeonato de futbol de 1982, Perú estuvo
ausente en los últimos nueve, clasificándose para este último, Rusia 2018. En
este lapso de tiempo fue que la mediocridad de los jugadores y la corrupción
dirigencial no permitieron el desarrollo de este deporte.
La afición decepcionada e incrédula volvió a enfrentarse a
momentos angustiosos y decepcionantes. Después de todo, treinta y seis años de
no haber estado presente en las contiendas mundialistas pesaba en el ánimo no
solo de la afición.
El sector poblacional que tuvo la oportunidad de presenciar
los campeonatos mundiales de Mexico70 hasta España82, resolvió
intuitivamente que para las
eliminatorias Rusia2018, el camino estaba trazado: ser eliminado. Para el grupo
poblacional menores de 40 años la esperanza de ver al equipo nacional en Rusia2018 fue una realidad.
De aquí hacia delante, la afición peruana no debe olvidar la
época de frustración y desengaño. Tampoco debe olvidar a ciertos jugadores que
valiéndose de su condición de “estrellas” aprovecharon esta condición para
timar a todo un pueblo. Tendrán que ser implacables e inflexibles con los
corruptos sean estos jugadores o dirigentes en todo los niveles, pues la tarea de
restablecer el orden y la disciplina tendrá que ser tarea en este mundo
relajado y lleno de trampas y de mafiosos, de lo contrario, téngalo por seguro,
tendrán que pagar un precio más alto que
el pagado en los últimos 40 años.
La corrupción futbolera sigue vivita y coleando.