Por Oscar Muñiz
Amigos de la Unión Europea, especialmente españoles. Han
pasado seis años desde que la crisis o recesión les alcanzo. Hemos pasado todo
este tiempo viéndolos sufrir, quejarse, encrisparse, no solo a Ustedes, sino
también a los británicos, estadounidenses , alemanes y franceses.
Recuerdo las expresiones reflejadas en los rostros de los
trabajadores de Lehman Brothers, cuando los despedían de sus trabajos. He visto
las protestas de los londinenses cuando quemaban y estropeaban todo lo
existente en la vía pública de Londres. He sido testigo del frenesí de las
protestas, griega, española e italiana, como también he vivido la crisis
española de 1982.
Muchos de nosotros hemos retrotraído nuestra memoria a
aquella época en que fuimos objeto de los mismos tratos, cuando por imposición
dictatorial cambiaron el modelo económico; no teníamos idea de lo que estaba
haciendo el gobernante de turno, mucho menos sus acólitos y ayayeros. El
horizonte lo veíamos negro, sumándose la inseguridad y la inestabilidad laboral.
Lo que vendría asustaba. Solo los incondicionales, los traidores a sus
principios y los que carecían de ética remaban en el mismo sentido que los
sátrapas gubernamentales. La vileza de los directores de personal hacía que el
objetivo del despido de los trabajadores fuese imperativo. Seguían publicando
leyes que atentaban contra los derechos de los trabajadores, y en infinidades
de casos el trabajador por cuidar su magro salario tenía que agachar la cabeza,
pues más pesaba en él la carga familiar y el sustento que necesitaba para
renovar su fuerza y seguir laborando.
Los que aullaban a favor del cambio, iban por un plato de
lentejas, este tipo de gente se multiplicaba raudamente. El jovial trabajador
se había convertido en el soplón solapado, el tucuyricuy -Quien todo lo ve, quien todo lo oye- una especie de agente secreto de los
Incas, para asegurarse de su puesto de
trabajo, aunque él no sabía que en el minuto menos pensado era echado del
trabajo sin ningún reconocimiento. Habían otros miles de casos donde el
trabajador tenía hora de entrada más no hora de salida. Trabajaba 13 o 14 horas
diarias, de lunes a sábado, y su salario no cubría sus necesidades ni las de su
prole, como hasta el día de hoy.
Este modelo fue cuidadosamente propuesto e implementado por
la derecha, y cuando no, por el dictador de turno, jefe de Estado (?). Este se
había agenciado lo que un escribidor propuso en las elecciones presidenciales,
y termino incorporando “manu militari” lo que nunca ofreció para ser elegido
presidente de la republica. Es así como el tirano, un oriental de segunda
clase, el auto golpista, implanto a
sangre y fuego el modelo económico que hasta el día de hoy permanece vigente.
Han pasado más de veinte años desde aquel día en que se
implemento este experimento, el cual fue coordinado con un organismo internacional,
y apoyado por un ex presidente de la primera potencia del mundo. Desde hace
varios años el modelo económico se encuentra agotado, los problemas sociales no
tienen solución porque el modelo no es capaz de resolver los problemas
sociales, todo lo contrario los agrava. Aun así inventaron, vendieron la idea y
mantienen la creencia como si este país hubiera sido recién fundado. Se ocultan
los resultados reales por parte de las autoridades, el empleo es precario,
existe la explotación de la fuerza de trabajo de la manera más agraviante para
el ser humano. Los dueños de empresas, los inversionistas extranjeros o
nacionales hacen de las suyas, no reconocen los derechos laborales, la
autoridad del trabajo es un simple remedo de alguien que está pintado en la
pared, solo sobrevive para dar un tinte de legalidad a las acciones
gubernamentales. En este país de un plumazo desaparecieron la planificación por
ser esta un estorbo a la economía de mercado, así también debería desaparecer
el ministerio de trabajo y promoción del empleo por ser este un organismo
inservible e inocuo en el contexto actual.
El resultado es, dos generaciones arruinadas, eso es lo que
ha producido este modelo económico. Lo mismo harán en los países de la UE. No
pasa desapercibido para nadie que la primera etapa ya esta implementada, la
cual consistió en desmantelar la economía de bienestar, disque para mejorar el
futuro de la sociedad; también sanearon la banca, redujeron y modernizaron el Estado,
lo cual implica despedir a trabajadores y por ultimo implementaran normas
laborales y de otra naturaleza que faciliten su accionar.
|
España |
A corto plazo verán el ejercito de emprendedores deambulando
por sus casas y por las calles; verán a los pensionistas, jubilados y
asalariados en la misma situación paupérrima de desamparo; verán a los niños y
jóvenes desamparados; verán cuán rápido
crecen las fortunas de unos pocos; verán la presión social de los desempleados
de más de 40 años, frente a los críos de 20, 30 o 40 años. Seguirán siendo testigos de estafas lucrativas y de
miles de miles de expedientes amontonados en el poder judicial, pues las
denuncias crecerán de manera exponencial.
Es asunto de otra envergadura la privatización y
desaparición de las instituciones del Estado, a esto se le conoce como la modernización
del Estado, un Estado más pequeño, más funcional. En este estado de cosas lo
único que le quedara al trabajador es seguir luchando, aunque al final todo su
esfuerzo se le agote sin lograr nada. Es que la fuerza del poder del Estado, hará
que parezcan extremistas, cuando lo cierto es que luchan por sus derechos y no por
la oferta gubernamental. La prensa –escrita, hablada y televisiva- es y serán las
grandes conspiradoras contra el estado de derecho, presentaran las cosas de
acuerdo a los intereses de los que usufructúan sus beneficios. Se incrementara
la indiferencia y la resignación de la población.
Después de implantado el modelo vendrán años de zozobra,
hasta que las aguas se calmen ligeramente. Un sector de la población hablara de
que el cambio fue lo mejor que se hizo, otros estarán en contra, pero cada día
serán menos, mientras que muchos seguirán haciendo sus vidas con el recuerdo de
lo que algún día tuvieron. Claro, todo dependerá de la diferencia entre las
tasas de mortalidad y crecimiento de la población. Si la primera es mayor que
la segunda, tengan por seguro que del modelo de bienestar poco se recordara. Lo
que si deben tener presente es que los medios propalaran albricias por el nuevo
tiempo que se avecina, y dirán maravillas del gobernante que impuso el modelo,
aunque el anterior gobernante solo recibirá reproches y pasara a la historia
como el “chico malo” de la película.
|
Madrid Puerta del Sol |
Recuerden que muchos como Usted seguirán viendo futbol, balón
mano, tenis, y los demás deportes. Otros pedirán limosna y muchos otros seguirán
reclamando y protestando por lo que le quitaron. Dentro de diez años, si estamos
vivos, me cuentan como les va. Buena suerte.