No cabe la menor duda que cuatro millones de peruanos son fujimoristas. No es un cifra despreciable.
No llama la atención que el fenómeno fujimorista en la vida nacional del Peru tiene su importancia. Este fenómeno político no tiene paralelo con otro acontecimientos salvo con el odriismo, que después de muerto su líder, el general Manuel Apolinario Odria, seguía estando presente. Solo la muerte de sus admiradores hizo que se diluyera su memoria en el tiempo. Hoy ningún peruano lo recuerda.
Al parecer el peruano es agradecido con su forma singular de relación con un líder politico. Es como cuando cupido junta a una pareja dispareja para asombro de los demás. Este es el caso de la hija de Alberto Fujimori ex presidente y dictador del Peru, hoy recluido en una cárcel de lujo. ElLa, su hija, es la tercera vez que pasa a una final para intentar coronarse presidenta del Peru.
Sin duda, el caso fujimori se debe analizar no solo en el ámbito económico también en el colectivo siquiatrico. Al parecer el peruano deja a un lado las tropelías políticas, como cuando una madre defiende a su hijo aunque este sea de lo peor.
Nuevamente se repetirá la escena de la tragedia peruana, escoger entre el cancer o el sida.
Nota: la presente nota fue enviada a un amigo unos días antes del 11 de abril 2021 día de las elecciones en Peru.
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