Oscar Muñiz
¿Qué es la balanza comercial?
La balanza comercial, en lenguaje coloquial, es la
diferencia de lo que se exporta y lo que se importa. Si la diferencia es
positiva significa que hubo más ingresos por lo exportado y si la diferencia es
negativa significa que hubo menos ingresos por lo que se dejo de exportar.
Otrora, se recordara la implementación de la política económica
en el gobierno militar 1968-1979, época en la que en el Perú todo a casi todo
escaseaba, las importaciones eran prohibidas, especialmente las de bienes
suntuosos. Entre 1985-1990 las restricciones volvieron a aparecer, aunque todos
sabemos su origen, fue la política económica trasnochada la que trajo a bajo al
Perú, hasta para un ministro de economía quien sustento que existía inflación “bruta”
e inflación “neta”, cuando sin darse cuenta se rebeló que el bruto era él.
Con el advenimiento de la política económica liberal (1993 hasta
el presente) pocas veces se calculo un déficit comercial, mucho menos en los últimos
siete años, sin embargo este a pareció en el 2014, siendo el déficit comercial
de mayo unos US$ 746 millones, y el acumulado para el año de unos US$ 2,058
millones.
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), informo que existe
una disminución de 21.9% de las exportaciones, fundamentalmente por la caída de
los precios en un -5.5%. A esta situación se agrega la baja del precio del oro
(52%), cobre, productos químicos y textiles, mientras que el hierro, harina de
pescado, productos agroindustriales y pesqueros atenuaron la situación por la mejoría
de sus precios.
Las importaciones se redujeron en un 7.8% debido a la caída de
los volúmenes de bienes de consumo y de capital, aunque se incrementaron los precios
de los alimentos y petróleo importado, contrayéndose las importaciones en 6.5%
en lo que va del año 2014.
En medio de todo esto el BCRP, augura para el año 2014, que
el Perú tendrá un déficit fiscal de US$ 1,554 millones, por la menor producción
minera y en una considerable baja en los precios de los
productos tradicionales. Los próximos dos años serán más inestables, ya que el ciclo
de la crisis económica no concluirá, la economía china es una incógnita y la
Alianza del Pacifico es un embrión en gestación.
Este panorama está en función de reglas claras en la economía
peruana y del comportamiento de la economía global, por lo que no es de
extrañar que las oportunidades de mejorar satisfaga las expectativas en el
futuro próximo. De aquí que el Perú requiera de que el próximo presidente desde
julio-2016 arremeta contra la corrupción, que termine con los problemas sociales
reiterativos, que proyecte una política económica real hacia sus ciudadanos, que
haga de la salud y el trabajo un derecho no una dadiva, y que eleve la autoestima
de sus ciudadanos.
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