No es nada nuevo que la discriminación sea un mal endémico
en muchas sociedades. No hace más de dos décadas que el término “sudaca” hacía
referencia despectiva a los sudamericanos, fuese hombre o mujer. ¿Dónde se escuchaba
esta aberración? En España. Cuantos sudamericanos fueron objeto de agresiones
inmisericordes sin derecho a réplica. Hay que ver como se da vuelta la
tortilla, hoy son ellos, los españoles, los que apestan, no solo en Europa.
¿Quien no sabe que entre franceses y norteamericanos no se
soportan? Ya sea por su origen o su pedantería, lo cierto es que no se tragan
ni los unos ni los otros. Canadá país hermoso pero con un problema separatista
de tamaño monumental; EEUU en la década
de los 50, o aquella estúpida superioridad portuguesa sobre los angoleños.
En Perú sucede lo mismo pero entre compatriotas, o sea entre peruanos. La existencia de cholos,
blancos, indios, serranos, negros, hacen del mestizaje un calidoscopio, sin embargo la segregación y
el racismo predominan entre ellos.
Así son las cosas en todo el mundo. Aquí un estudio
razonable sobre el caso de la discriminación en Perú.
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