Quien no se topa con un mendigo por las calles de cualquier ciudad. Tomemos por ejemplo Lima; en cada semáforo, en cada esquina, en cualquier sitio son cientos los pobres, unos tumbados en las aceras, otros acercándose a las ventanillas de los carros, te tienden la mano, ruegan por un dinero, por un mendrugo.
Los pobres, los mendigos, es un mar humano que sigue y sigue creciendo en función de los descalabros financieros del país o internacional. Las políticas económicas de los gobiernos no son nada eficaces cuando la corrupción está enquistada en el aparato burocrático del estado. Millones de dólares desaparecen como por arte de magia. Los precios de los alimentos y combustibles se incrementan por mandato, cuando se sabe que estas medidas son contraproducentes para los pobres. El lunes 26 de abril 2010, volverá a subir el precio de los combustibles en Peru, en mayo o junio el de la energía eléctrica, al día siguiente los precios de los alimentos se dispararán hacia arriba lo mismo que el precio del transporte. Bueno fuese que la gran mayoría tuviese un ahorro para enfrentar este tipo de situaciones pero eso no es así.
La política económica del gobierno no está funcionando como debiera, tampoco al ritmo de lo que siempre se dice. Es imposible creer que el Perú es un país ejemplo en el manejo económico para que tenga que pasar por estos trances de estar subiendo los precios de los bienes más sensibles para cualquier mortal. Que justifiquen este hecho los interesados es otra cosa. Lo que viene después es conocido, enfrentamiento entre gobernados y gobernantes; descontento, represión policial, heridos, muertos, discursos de los políticos.
Subieron el precio del azúcar en el último año un en cien por ciento y durante este tiempo ninguna autoridad fiscal se percató del abuso ni de los delincuentes. El lunes sube el precio de los combustibles pero la ministra de economía y finanzas se pasea por las estaciones de radio y televisión como pedro por su casa para justificar su estropicio.
Pero la pobreza se incrementa año tras año. Algunas cifras nos darán una idea sobre este gravísimo problema.
En el 2005, los seres humanos que vivían por debajo de la línea internacional de pobreza (con US$ 1.25/día) eran 1,400 millones o sea el 25% de la población del mundo en desarrollo.
En 1981 la pobreza alcanzó el 52% de la población mundial, en 1991 fue de 42% y en el 2005 de 26%.
La pobreza antes de la última crisis mundial (los que vivían con US$ 1.25/diario) se calculó que disminuiría de 21% a 18% o sea a 1,040 millones en el 2009. Sin embargo la tasa de la pobreza antes de la crisis mundial se calculaba en 17% o sea 987 millones de personas.
China en el periodo 1981 a 2005 bajó de 80% al 18% la pobreza. Al Sur del Sahara-África, la línea de la pobreza fue de 50%. El descenso de la cantidad de pobres extremos descendió en 600 millones en el periodo 1981-2005.
Los pobres en el mundo en desarrollo aumentaron de 1,000 millones en el 2004 a 1,400 millones en el 2005.
Entre 1981 y 2005 el porcentaje de población que vivía con menos de US$ 1.25/día se redujo de 52% a 26% contrayéndose el número de pobres en 500 millones, de 1,900 millones a 1,400 millones.
Asia Oriental en 1981 tenía el 80% de su población que vivía con menos de US$ 1.25/día, en 1990 se redujo a 56% y en el 2005 a 18%.
El 31% de africanos vivirán en la pobreza hasta el 2015, cantidad mayor a la calculada para la meta de los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) que es de 23%. En el mismo periodo (1981-2005) la pobreza en el África creció de 200 millones a 380 millones, prácticamente el 100%.
Según el Banco Mundial entre 1981 y 2005 las personas que viven entre el rango de US$ 1.25 y US$ 2 pasaron de 600 millones a 1,200 millones. Un cálculo sugiere que por el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles (en Perú suben estos precios día a día) puede haber incrementado la cantidad de pobres en 105 millones.
El Banco Mundial dice “a pesar de ser invisible, la desnutrición crónica es responsable de altos índices de mortalidad y de baja capacidad para el aprendizaje y –a largo plazo- lleva a la transmisión intergeneracional de la pobreza”. Nosotros decimos parafraseando al Banco Mundial que “la desnutrición crónica es un estado infrahumano que genera altos índices de mortalidad y baja capacidad en el aprendizaje, lo cual lleva al ser humano a la transmisión intergeneracional de la pobreza, cuando se encuentra indefenso y desamparado”.
Notas Adicionales
Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios – ASPEC
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