En el siglo pasado dos hombre, José Carlos Mariategui y Víctor Raúl Haya de la Torre , fueron personajes ligados a la izquierda peruana y a la social democracia; personajes que influenciaron con sus interpretaciones de lo que debe ser el Perú, luchadores sociales incansables, el segundo de los nombrados tuvo presencia en la política nacional hasta tan solo 30 años. Ambos se basaron en ideologías donde supieron anidar lo mejor de ellos, aunque no hubo posteriormente la innovación, actualización o modernización de sus pensamientos.
Con los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de Mariategui y El Antiimperialismo y el APRA, de Haya de la Torre , el Perú contó con la interpretación más valorada, pero actualmente “cuántas veces se escucha hablar sobre el milagro peruano”.
POLÍTICA
Volvemos a repetir que “la esperanza es lo único que no se debe perder, sin embargo todo empieza por el hartazgo”. En gran parte del siglo XX las ideologías de izquierda y de centro han sido las únicas vigentes, las que acapararon el horizonte político peruano durante los últimos 80 años. Hoy en la escena política solo se encuentra el APRA; el único representante de la izquierda que llegó al gobierno municipal en la década de los 80 fue Alfonso Barrantes Lingan, luego de él nadie emergió. De la izquierda nadie queda como para enarbolar la bandera de reivindicación social; la atomizada izquierda nunca logró aglutinarse por el factor ya sea ideológico o por pugnas internas.
En el año 2000 apareció con fuerza el grupo liderado por Ollanta Humala, el cual hasta la fecha no cuaja con la izquierda nacional, aunque sus relaciones con la izquierda internacional siempre está vigente. Ese mismo año fue la alternativa al candidato del APRA, el cual por segunda vez alcanzó la presidencia de la republica.
No hay que ser muy zagas para darse cuenta que la influencia aprista en lo últimos 80 años ha sido la viva imagen del ave Fénix; hoy remozada en sus relaciones políticas abre las puertas, desde el 2006, a los liberales, independientes y aun sector privilegiado del mismo partido.
La derecha peruana representada por el Partido Popular Cristiano hasta el presente no tiene ninguna posibilidad de administrar el país. El resto de tendencias políticas se adhieren a movimientos regionales más no poseen la fuerza para coronar sus esfuerzos con la toma del poder por medio de elecciones democráticas.
ECONOMÍA
Si la izquierda fue solamente por única vez administradora de un gobierno local eso fue cuando Barrantes Lingan fue Alcalde de Lima. La inexperiencia del grupo de izquierda es notoria, sus planteamientos no han logrado cuajar el manejo económico y financiero. Esto no quiere decir que la izquierda peruana no cuente con personalidades destacadas; todo lo contrario. En un gobierno de izquierda (lo cual no es probable) la sin razón manifiesta del manejo de los intereses nacionales alejaría al Perú de una economía de bienestar.
Privilegiar las cifras macroeconómicas es lo que da réditos a los gobernantes, esto se puede constatar en el caso peruano desde 1990. Modificar el liberalismo económico vigente es casi imposible porque caería cual castillo de naipes el crecimiento económico logrado. La salida de este empantanamiento fue el camino ofrecido en el 2006 por el actual presidente del Perú; por ejemplo, corregir los abusos en el campo laboral (lo cual no hizo) es para el trabajador (privado o estatal) de vital importancia, por ser una reivindicación justa a los abusos a sus derechos. Pero actualmente de qué derechos se habla cuando desde 1992 el fujimontesinismo modificó las relaciones laborales (empleado-empleador) y hasta la fecha poco o nada ha cambiado. El sector productivo ligado al gran capital se mueve de acuerdo a lo que el ex presidente Alejandro Toledo Manrique implementó en la economía con los TLCs, privilegiando las inversiones en sectores estratégicos como la energía (gas de Camisea). Este es el nudo gordiano (empleo-inversión) que hasta hoy no se puede desatar.
El tiempo se acabó. El actual gobierno privilegia al comercio exterior, la minería, la construcción de infraestructura agraria, pero también minimiza las obras en otros sectores (agua, luz, vivienda) en donde el balance es desfavorable.
Ahora que las zonas urbanas han logrado un cierto grado de asimilación de modernización económica, es la zona rural la que ve con temor las concesiones dadas al gran capital, especialmente en el sector agrario. Este sector en la actualidad y desde hace cuatro años está en pie de lucha especialmente contra las inversiones en el sector minero. Las pérdidas son cuantiosas y su efecto tiene que ser negativo para la economía familiar. Hasta la fecha no se conoce algún cálculo sobre estas pérdidas.
El error mayúsculo de los tres ultimos gobernantes es haber privilegado descaradamente el desarrollo de los intereses del sector minero e hidrocarburos, como el comercial y financiero. El sacrificio que hizo el pueblo peruano en las dos últimas décadas no merece el tratamiento que hoy se le dispensa. Ahí tenemos a las PYMES, a los pequeños empresarios que con solo su esfuerzo y sacrificio han logrado levantar su pequeño negocio.
La educación y la salud queda tan relegada en las prioridades del gobierno que las estadísticas no dicen mucho, baste mirar el desabastecimiento de los hospitales, la situación de la infraestructura educativa y el mínimo presupuesto en el sector educación.
Como se ve, las dificultades del Perú continúan, con la diferencia que el Perú de hoy cuenta con una población de 30 millones de habitantes, con una agricultura de exportación, con una educación (preescolar, escolar y superior) decadente y con una salud deteriorada y desamparada.
El próximo gobierno (2011-2016) es muy posible que no tomará en cuenta los grandes problemas y el Perú seguirá por el rumbo que no merece seguir viviendo.
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