Oscar Muñiz C.
“Venezuela es una bomba que en cualquier momento puede explotar”
(Henrrique Capriles, 16/05/16).
Según voceros del gobierno estadounidense, Venezuela se
desintegra. Aunque el catastrofismo siempre abruma, y más en las esferas políticas,
no deja de preocupar la situación por la que pasa el pueblo venezolano.
Conocemos al gobernante Hugo Chávez, militar campechano aunque
efervescente con su revolucion bolivariana. Con él se reedito por segunda vez, después
de más de ciento noventa años, la pretendida aspiración del libertador.
Con su ambición de figuración y querer mantener la gloria aun
después de muerto, fue el libertador producto de sí mismo y de sus adulones. Pretendió
dejar a la posteridad, lo que incluye hasta la división de un país, la unión americana,
lo mismo que intento por tercera vez Nicolás
Maduro.
El comandante Hugo Chávez hizo una efemérides cotidiana la referencia
constante al libertador. Claro que el comandante tenía carisma y hasta se puede
decir fue un esmerado alumno de la historia bolivariana. ¡Perooo… Maduro!
Digresión aparte, hoy presenciamos el deseo de renovar a
Maduro, según el Artículo 72 de la constitución venezolana
sobre el referendo y su modificación
.
Problemas que enfrenta el presidente Maduro:
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Mantener el abastecimiento de energía eléctrica
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Desabastecimiento total
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Mora de la deuda
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La producción de petróleo disminuyo a dos
millones de barriles por día
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Tanto Halliburton Co. Y Schumberger, han
reducido su actividad en la producción de petróleo por no recibir pagos
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Venezuela podría ser demandada y ser pasible de confiscación
de sus activos en el extranjero de parte de las empresas ubicadas en Louisiana,
Illinois y Texas, pues posee más de cinco mil gasolineras.
China es el respaldo venezolano. Conocido el impase dinerario
por el que atraviesa Venezuela, China le hizo un nuevo préstamo al gobierno
venezolano de US$ 7 mil millones, y con este préstamo su deuda supero los US$
60 mil millones. El siguiente paso del gobierno es reducir aún más las importaciones,
para facilitar las obligaciones con los acreedores de la deuda. Esto significa
que las importaciones se reducirían a US$ 21,000 millones aproximadamente,
habiendo sido unos US$ 65,000 millones.
El uso de los US$ 7 millones, podría aplacar momentáneamente
el pedido de destitución de Nicolás Maduro, quien fuera elegido para gobernar
hasta el 2019. Si la consulta popular definiera su salida del poder, este sería
reemplazado por el actual vicepresidente Aristóbulo Isturiz, quien el 10 de
enero de 2017 tomaría la presidencia hasta el 2019, manteniéndose en el poder
el Partido Socialista Unido de Venezuela.
Se conoce que el 70% de los venezolanos desea que Maduro
deje la presidencia. Aunque se escuche sonidos de golpe militar o rechazo a la consulta
popular de revocatoria, se espera que la sangre no llegue al rio.
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