Oscar Muñiz
ACUERDO TRANSPACIFICO DE COOPERACION ECONOMICA (TPP siglas
en ingles).
El tratado fue firmado el lunes 05 de octubre 2015 entre
EUA, Japón, México, Chile, Perú, Brunei, Nueva Zelandia, Singapur, Australia, Canadá,
Malasia, Vietnam.
El acuerdo debe ser ratificado por cada uno de los países.
Es un súper bloque económico.
Abarca 800 millones de personas
Temas que contempla: reducción de barreras de impuestos al
comercio, acceso a internet, protección a inversionistas, protección a la
propiedad intelectual en áreas como los farmacéuticos y producción digital y
protección al medio ambiente.
Lo increíble es que hasta el momento de la redacción de esta
nota, el documento oficial del Acuerdo en castellano no ha sido publicado ni
entregado. Según fuentes oficiales peruanas su avance es del 80%.
El presidente de Perú, y sus ministros, hablan de las ventajas del acuerdo. Vivimos una etapa de felicidad (?),
de esperanza. Todo el futuro es maravilloso. Los agentes económicos como los pequeños
y medianos exportadores, los comerciantes, los agricultores, los industriales, según
esta perspectiva están felices, se avecina para ellos la etapa de las vacas
gordas.
El legado Obama es grandioso y maravilloso. Sin embargo el Perú
en los próximos tiempos la verá negras al no contar con laboratorios farmacéuticos,
con la apropiada defensa intelectual o un mercado formal con sus productos no-piratas.
Las medicinas se encarecerán aún más, pero seguirá exportando cobre y será el
primero en el mundo en este rubro; exportara materia prima y recursos naturales
sin ningún valor agregado, y lo que es peor seguirá exportando peruanos capaces de deslumbrar con su
conocimiento al mundo entero.
En medio de esta algarabía y en la misma fecha se inauguró la
Cumbre Económica Mundial 2015, o Junta de Gobernadores del Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, en Lima-Perú
http://www.bancomundial.org/reuniones/anuales/2015/
Lo irónico es que hasta no hace muchos años el FMI era
considerado un enemigo del pueblo peruano, hoy es todo lo contrario. Sin ser
triunfalistas, se debe reconocer que el triunfo económico es del pueblo
peruano. Durante décadas el bienestar le fue esquivo. Hoy es un poquitín menos cruel
para algunos, aunque la burguesía siempre busca el reacomodo, tener la sartén
por el mango y perpetuarse en el poder, con el propósito de que la repartición del
botín sea menor para la mayoría.
No nos equivoquemos. Los problemas que hasta la década de
los 80 del siglo pasado no han sido resueltos. Han sido postergados en la
agenda política de la historia peruana.