Oscar Muñiz Corro
Ser francos cuando se trata de opinar. Claros cuando se trata de proponer. Sin embargo ni uno ni lo otro son atributos que se destaquen. La perfidia y los malos hábitos descollan cuan competidores en los cien metros planos.
Los peruanos, no todos ni la mayoría, podemos dar fe de lo sucedido en el gobierno fujimontesinista (1990-2000) si de la prensa escrita o televisiva tratáramos. Este no es el caso. Se trata del gran mercado de esnobistas.
En estos últimos cuatro años emergio un nuevo proceder: la protesta y las marchas callejeras. Dos actividades a la usanza de los movimientos ciudadanos en otras latitudes. Son copias burdas, sin alma, sin convicción, sin autenticidad. Es un remedo mondo y lirondo liderado por gente sin respaldo político.
No nos engañemos por culpa de los que no saben votar. La susceptibilidad política en el Peru no existe. El Peru no es Alemania donde un político de alto rango renuncia a su cargo reconociendo su error. A los terroristas, los caviares, los comunistas y los progres peruanos, no se les doblega con caminatas mucho menos con discursos. No abonen donde lo autentico pasa por falso o en el mejor de los casos pasa por una broma de mal gusto. Por ultimo dejen ser parte de una aberrancia.
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