Oscar Muñiz Corro
El Perú de ayer, de hoy y de siempre con sus mismos vicios,
sus mismas taras, con más defectos que virtudes, sigue siendo un mozalbete que
quiere caer bien a todos. El mozalbete que no ha llegado a la madures
emocional, es un viejo anacrónico que sigue excitado, cuando sabe que no
produce nada de testosterona. Ahora quiere rejuvenecer, se pinta, no quiere
tener canas, se tarrajea los surcos que el tiempo le dejo, viste juvenil aunque
sus carnes son flácidas y den espanto, pues ni un diente le queda.
Insolente, cuando sabe de su vergonzoso pasado, miras para
otro lado. Cobarde y cruel, que por su interés oscuro, hipoteca hasta su
progenitora. No tienes escrúpulos, es amoral, no sabe lo que es tener
vergüenza, mucho menos remordimiento, aunque tiene hijos naturales y putativos
que ni la cárcel le ha hecho cambiar esta actitud.
Sus acólitos bailan al son del hurto y del saqueo, heredado
de sus ancestros. Sin duda su idolatría por lo perverso seguirá practicándola
sin dar justificación alguna. Sabandija.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario