Asesoria Economica Financiera y Medio Ambiente

22 de septiembre de 2018

Sentires



Oscar Muñiz Corro

El Perú de ayer, de hoy y de siempre con sus mismos vicios, sus mismas taras, con más defectos que virtudes, sigue siendo un mozalbete que quiere caer bien a todos. El mozalbete que no ha llegado a la madures emocional, es un viejo anacrónico que sigue excitado, cuando sabe que no produce nada de testosterona. Ahora quiere rejuvenecer, se pinta, no quiere tener canas, se tarrajea los surcos que el tiempo le dejo, viste juvenil aunque sus carnes son flácidas y den espanto, pues ni un diente le queda.

Insolente, cuando sabe de su vergonzoso pasado, miras para otro lado. Cobarde y cruel, que por su interés oscuro, hipoteca hasta su progenitora. No tienes escrúpulos, es amoral, no sabe lo que es tener vergüenza, mucho menos remordimiento, aunque tiene hijos naturales y putativos que ni la cárcel le ha hecho cambiar esta actitud.

Sus acólitos bailan al son del hurto y del saqueo, heredado de sus ancestros. Sin duda su idolatría por lo perverso seguirá practicándola sin dar justificación alguna. Sabandija.     

19 de septiembre de 2018

¡¿Otra ves Argentina?!



Oscar Muñiz Corro




Allá por la década de 1980 concluía en Argentina la experiencia “neo monetarista”; también se daba inicio a un plan antiinflacionario, más precisamente el 14 de junio de 1985. Entre los años 1980 y 1981 se produjo la fuga de capitales la cual dejo para los argentinos una enorme deuda externa más los intereses. Los intereses fueron cubiertos con los superávit comerciales, mientras que el capital fue refinanciado por los acreedores externos. Los efectos de estas medidas fueron inconmensurables, lo cual aumento el déficit fiscal y la inflación, como resultado se profundizo la recesión.

Podemos resumir, centrando más puntualmente, las medidas implementadas en el programa de estabilización de la época en:

i Congelamiento por tiempo indefinido los precios, las tarifas de servicios públicos y los salarios
ii Se sustituyó la moneda argentina el peso por el austral, con una paridad de 1,000 pesos por un austral
iii El tipo de cambio fue fijo, 0.80 centavos de austral por dólar
iv Se dejó de financiar el déficit fiscal con emisión monetaria
v Se redujo el déficit del sector público al 2.5 % del PIB en el segundo semestre de 1985 siendo financiado totalmente por créditos externos con el FMI y la banca acreedora
vi Se creó una escala de conversión de pesos argentinos en australes
vii Se redujo drásticamente la tasa de interés en 4 % y 6 % para depósitos y préstamos de 30 días la cual fue modificada al 3.5 % y 5 % respectivamente

Hoy, después de 33 años la situación en ese país es más que critica. Los mismos errores volvieron a repetirse después de 17 años de la peor crisis;  ya no hay “corralito” (bloqueo de dinero en los bancos frente a la escases de dólares) más bien los asaltos son mano armada.

Tener presente que la devaluación del peso es de 10 %, aun cuando el presidente Macri elimino los controles cambiarios en el 2015; el Banco Central vendió USD 8,000 millones de sus reservas (12.5 %)  y elevo la tasa de interés al 40 % con el propósito de proteger al peso. El presidente Macri pidió ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) por un monto de USD 50,000 millones, y con esta acción revivió el temor de la crisis del 2001.

Existe la opinión de que el mal argentino radica en su dependencia del financiamiento externo debido al déficit comercial y fiscal además del déficit en cuenta corriente de su balanza de pago que es del orden del 5 % del PBI. Aseguran que este déficit es muy alto y, si suman los déficit del gobierno nacional, el gobierno provincial y la deuda del Banco central, el déficit fiscal sería del orden del 10 % del PBI. Por esta razón las crisis cambiarias argentinas tienen un ciclo. Actualmente Argentina está en una crisis más. 


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10 de septiembre de 2018

Argumentos no validos



Oscar Muñiz Corro


 


Thorsten Polleit, hace una pregunta: ¿Para que fueron creados los bancos centrales? Responde: Para llenar las arcas de los gobiernos; para incrementar los medios financieros del rey o del gobierno electo a través de un esquema inflacionario, generalmente demasiado elaborado y traicionero para que la mayoría de la gente pueda ver a través de él. Prosigue su argumentación. Los bancos centrales son fundamentales para poner al gobernante –o a la clase dominante- en una posición en la que puedan saquear al pueblo a gran escala y, mediante la redistribución del botín hacer que un número de personas dependan financiera y socialmente de él.

No siendo suficiente con esta visión el autor señala que un “sistema inflacionario de reserva fraccionada” es usado para consolidar el siguiente circuito:
1.       Se asigna a los bancos centrales el monopolio de la producción de dinero, lo cual permite sustituir el dinero real por papel no respaldado o dinero fiduciario.
2.       Los bancos centrales proporcionan a los bancos comerciales dinero fiduciario y los bancos comerciales son libres de piramidar un múltiplo del dinero de los bancos comerciales fiduciarios encima de él. Esto es lo que llaman un “sistema bancario de reserva fraccionada”, que es un sistema genuinamente inflacionario.

Según Polliet, este sistema plantea un problema a la distribución del ingreso y a la riqueza, porque cuando el aumento de la cantidad de dinero en una economía, los precios de los diferentes bienes se verán afectados en diferentes momentos y en diferente grado.

Esta es una observación teórica que se toma por sentada en la realidad. Este concepto está relacionado con la teoría monetaria la cual determina el valor del dinero o su equivalente, su poder adquisitivo. Por lo tanto se puede concluir, que los precios son determinados por el volumen de dinero en circulación.

Pero Polliete va más allá en su explicación. Dice que los primeros receptores del nuevo dinero serán los beneficiados, ya que pueden comprar bienes a precios que aún no han cambiado con su dinero fresco. A medida que el dinero nuevo se pasa de mano en mano, los precios van subiendo. Los receptores tardíos están en desventaja, solo pueden comprar bienes a precios elevados con su dinero nuevo. En otras palabras, según Polliet, los primeros receptores del dinero nuevo se hacen ricos, los últimos receptores se hacen pobres. Los que no reciban nada de dinero nuevo estarán en peor situación. 

Es muy discutible la afirmación sobre la función de los bancos centrales en cuanto sirven para llenar las arcas de los gobiernos. No cabe duda que un banco central es un gran banco entre los bancos, aunque siempre no dejan de exagerar su eficiencia, cuando sabemos que tal vez existan uno o dos bancos centrales en el mundo que cuentan con un sistema de información confiable. Más aun, se puede colegir  más de una hipótesis poco confiable y relacionada con los foros al margen de la ley, lo cual dejaría fuera de juego al conjunto de axiomas económicos y a la economía.

Lo que sostiene Thorsten Polliet es de lo más preocupante, ya que tendríamos que desconfiar de las contribuciones de Ackley, Furtado, Sunkel, Pedro Paz, Isard, Stonier, Hague, entre muchos otros.