Oscar Muñiz C.
Quien iba a pensar que en menos de veinte y cuatro horas las
condiciones políticas entre las Filipinas y EUA, darían un giro total.
Rodrigo Duterte, es el actual presidente de Filipinas, desde
el 30/06/16. Desde esa fecha, según informes, 2,400 personas murieron en operativos
antidrogas realizados por la policía filipina.
El enfrentamiento de Filipinas con EUA se produjo luego de
que Obama advirtiera a Duterte que podría exponerse a cuestionamientos por los
supuestos crímenes. El presidente filipino arremetió contra Obama, con términos
ofensivos para luego retractarse. El foro al que asisten ambos presidentes es
el que se realiza en el marco de la cumbre de la Asociación de Naciones del
Sureste Asiático (ASEAN), en Laos.
Este enfrentamiento se produjo en un momento en que el gobierno
chino trata de controlar el mar meridional de China, hecho que es contrario a
los intereses estadounidenses. Al interpretar el hecho político, China concedió
una posición más racional frente al tema de las emisiones de anhídrido carbónico
dentro del marco de la COP Lima 2014 y COP Paris 2015, en favor de su hegemonía
en el Mar de China, cuando solo hacia 24
horas se habían reunido en el foro G-20 Hangzhou. Nuevamente los el
choque entre dos temas hegemónicos de nuestra época: el tema ambiental y el de seguridad
política y económica.
Otro país que se beneficia en esta coyuntura es la Federación
Rusa, fortaleciendo la policía de Putin, logrando de esta manera consolidar su
presencia en toda Asia. No hay que desestimar que entre la República Popular China,
India y la Federación Rusa, la población es mayor a los 2,755 millones de
habitantes (más del 40 % de la población mundial).
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