Oscar Muñiz
Las sutilezas van y vienen en el caso español, la temática
cambio porque Bankia quebró, ahora el debate se centra si interviene la Troika
en los asuntos económicos-financieros de España. Mientras tanto los problemas
financieros se agravan y el presidente Rajoy, el que fuera elegido para evitar
esta intervención, se encuentra frente al mayor problema en su corto mandato.
Portugal y Grecia son el ejemplo más convincente de cuando se
implementa una intervención, en otras
palabras, cuando se permite la intervención de la Troika
para financiar prestamos a un Estado de la Unión Europea, ya que no puede
prestar dinero a entidades privadas, salvo expreso compromiso estatal, para de
esta manera asegurar dichos fondos, además de la aplicación de un paquete de medidas económico-financiero
que debe ser implementado, como son los recortes, el despido laboral y el saneamiento
de la estructura estatal.
En medio de la trifulca, el rey español viaja a Brasil y
Chile para mendigar –los tiempos han cambiado- a la presidenta del Brasil su
presencia en la próxima reunión de países americanos, y a Chile para consolidar
las inversiones españolas. Desde luego no pisa suelo argentino por razones más
que suficientes.
El lunes 04 de junio 2012, día del destape, los bancos
españoles como son Bankia, Catalunya Caixa, Novacaixagalicia y Banco de
Galicia, necesitaban 40 mil millones de euros adicionales para ser reflotados, según
dato proporcionado por Emilio Botín, presidente del Banco Santander; por otro
lado, la tasa de desempleo es de 24.4 %, siendo 4.71 millones de personas que
se encuentran inscritas en los servicios públicos de empleo.
El 25 de mayo 2012, en un canal de televisión español hacían
la siguiente pregunta: “¿Que podemos
hacer para salir de la crisis?” Viendo el panorama español y su espejo helénico-luso,
los españoles deben reconocer que todo lo que tuvieron hasta el día de ayer se
termino, es decir borrón y cuenta nueva; todo lo que deben hacer, háganlo ahora,
dejen de discutir porque pierden su tiempo haciéndolo; por último, resígnense y
sacrifíquense.
Desde luego, si sigue la polarización no habrá estabilidad.
La sociedad europea en su conjunto y la española en particular ya cumplieron,
ahora les toca a los gobiernos, especialmente al alemán que es liderado por la señora Merkel.
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