El tren eléctrico fue un deseo nonato del primer gobierno de Alan García Pérez (1985-2000); después de más de 20 años vuelve a resucitar con el brío y la esperanza de su realización en el último año de su segundo mandato (2006-2011).
La mayoría de la población no augura la finalización de la obra de ingeniería en el tiempo estipulado (julio 2011) lo cual significa que no funcionará o ruede alguna de las máquinas que en la actualidad se usa en el tramo inicial y mucho menos la veintena de vagones ofrecidas.
Ruido insoportable, suciedad, desmonte por doquier, riesgo peatonal, alteración del tránsito vehicular, son algunos problemas que tienen que soportar los vecinos que habitan en y alrededor del cruce de las Avenidas Ayacucho y T. Marzano en el distrito de Santiago de Surco.
Los trabajos que realizan se ejecutan las 24 horas del día, de lunes a sábado; uno se puede imaginar el traqueteo de las maquinas en horas de descanso del vecindario, lo mismo que tener que soportar la luminosidad de los reflectores, la falta de respeto por las normas de seguridad y la impunidad de la compañía responsable de la obra.
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