No hace mucho tiempo el mundo se estremeció con el terremoto que sacudió Chile; el sufrimiento, la desgracia, los destrozos, se encuentran frescos en el imaginario de las personas. Tampoco hace mucho vimos a la selección de fútbol chilena viajar a Sud África para competir en la Copa Mundial
Hace tan solo 20 años que Chile volvió a la democracia, después de haber tenido a uno de los tiranos del mundo como presidente, el que fuera Augusto Pinochet Ugarte.
Nadie hasta el día de hoy se olvida de Allende, quien fuera el primer presidente de izquierda elegido en las urnas. Podemos estar de acuerdo o no con su gobierno, pero fue el distintivo de Chile, como hasta el día de hoy, es un referente en la historia latinoamericana.
Quién no sabe que Chile auspició a los ingleses en la guerra de Las Malvinas. Quién no sabe que cuando el generalísimo Augusto Pinochet fue detenido en Londres, lo visitó en su refugio Margaret Thatcher. Quién olvidó el litigio del Beagle contra Argentina.
Quién podría ser mezquino, aunque no simpatice, con Michelle Bachelet, Ricardo Lagos, Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, con Neruda, con Violeta Parra. ¡Nadie!
Estos son hechos, no cuentos o metáforas sacadas de algún libro imaginario. No por esto se podrá decir que el pueblo chileno es una gavilla de cobardes, porque no supieron sacudirse de Augusto Pinochet y de su sequito.
¡No! ¡De ninguna manera!
Chile con su desigualdad social profunda y anacrónica hace alarde de ser un país del primer mundo, cuando a la vuelta de la esquina tiene la miseria más espantosa jamás vista antes de 1960. Un logro económico generado por un nacional como el otrora ministro de Hacienda y pinochetista el “beatle” Hernán Büchi hizo lo que los genios de la economía, los “Chicago Boys” no supieron hacer.
Entonces, porqué tanta fobia, tanta rabia la que muestra alguna gente chilena. Porqué fabricar un aura que desde lejos se nota que es una impostura. De dónde tanta soberbia, altanería o superioridad.
El ministro chileno de Defensa, Jaime Ravinet, en su última visita a Lima, vierte declaraciones sobre el Monitor Huascar y la turba chilena sale a su encuentro lo mismo que contra el presidente Patricio Aylwin. Esta reacción muestra el nivel primitivo, irracional y poco digno de un sector de la población chilena que desgraciadamente se aupa a los sectores más reaccionarios. Mañana será la protesta por la demanda del Perú a Chile en la Controversia Marítimala Corte de La Haya (Informe, Págs. 43-44).
Los hombres de bien saben reconocer cuando pierden y los peruanos son uno de ellos. La enseñanza después de lo sucedido en 1879 es evitar tropezarse nuevamente. Este pueblo no tiene el más absoluto rencor contra los chilenos, pero no olvida los desmanes y crímenes de guerra de la soldadesca chilena contra el pueblo peruano, como tampoco olvida los saqueos producidos desde el siglo XVII. Pero allí están, con su cultura siempre viva y con el orgullo de ser el centro cultural de Sudamérica, de donde salieron todos los pueblos de esta parte del continente, dentro de ellos Chile.
De todas maneras siempre es bueno que los chilenos y chilenas tengan el ímpetu de superación, que degusten la comida peruana que tanto les gusta, con un buen pisco peruano; que visiten Machupicchu, menos los criminales y chusma chilena; que visiten Arequipa, Puno, Lambayeque y al Señor de Sipán, las Líneas de Nazca, Chanchán, Kuélap y tantos otros lugares de la cultura peruana. Los peruanos irán a Chile a tomar un buen vino tinto, visitar Curico, sus hermosos lagos y admirar a sus hermosas mujeres.
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