Para entender lo de hoy se tiene que conocer lo de ayer. Todo en esta vida tiene su inicio y su final, nada es eterno. Sin embargo existe alguna salvedad, por lo menos en el Perú, donde la explotación del ser humano se mantiene en el tiempo y evoluciona. Este es el caso de la zona central del Perú, sector minero y agrícola por excelencia, donde sus habitantes nunca recogieron los frutos de su trabajo y en miles de ellos dejaron su vida en el intento.
En el departamento de Cerro de Pasco , las personas que han visitado esta zona no dejan de expresar su asombro, por decirlo de alguna manera, especialmente sobre las condiciones de vida del poblador de este lugar. El intenso frío, la insalubridad, el desamparo, y lo que es peor, el olvido del Estado por sus habitantes .
La explotación del poblador o del minero ; la contaminación ambiental , la contaminación de sus ríos, manantiales y lagunas no son tema de hoy, viene desde que los conquistadores españoles llegaron a este lugar en tiempos de la colonia; siguió con la explotación del trabajo hasta cuando el Perú había adquirido su emancipación. Durante las primeras décadas de la Republica se acentuaron las diversas formas de explotación y tenencia no solo de la plata sino también del cobre, zic y otros minerales. Durante más de un siglo se introdujo en la economía de Cerro de Pasco el capital transnacional , sin importar las consecuencias en las condiciones de vida de los mineros, de los pobladores, de la naturaleza y todo lo que uno se pueda imaginar.
Refinería La Oroya |
Por aquel entonces las ventas anuales de la CPCC superaban los US$ 400 millones anuales y contaba con más de 20 mil trabajadores, los cuales sobrevivían en condiciones infrahumanas como lo hacen hoy en día, sin los elementos básicos para su sobrevivencia y atacados permanentemente por la contaminación.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario