Unas pocas palabras
Cuando muchos no nos imaginábamos lo que iba a suceder en Gaza,
nos quedamos estupefactos, viendo el
horror del genocidio impune.
El rechazo y la censura es lo primero que aflora en el
espíritu. Quien iba a imaginar que el contubernio, la permisividad y la
tolerancia de las potencias mundiales con el alto mando y subalternos de la
fuerza armada, los políticos y parte de la población civil israelí, serian capaces
de legitimar este oprobioso ataque contra el pueblo palestino.
Las protestas no se hicieron esperar. Prácticamente todo el
mundo civilizado hizo de la protesta ciudadana su estandarte. La solidaridad
con los dolientes, aquellas personas que perdieron a sus hijos, familia y
amistades. La impotencia, la rabia, la indignación de millones de ciudadanos
del mundo se manifestó justificadamente. La hipocresía, junto a la
justificación de lo injustificable no se hizo esperar.
A los que defienden la justicia y la verdad. Para aquellos
que desean desempolvar la verdad por más dura que sea, Miko Peled, un ciudadano
judío israelí, nos ofrece lo que tuvo que remontar.
Su publicación fue el 15 de agosto del 2012.
Presentación
Hay una fuerte tendencia entre la
intelectualidad occidental a negarle validez a cualquier narrativa que provenga
de los palestinos. No se atribuye casi ninguna credibilidad a un relato si su
fuente es exclusivamente de origen palestino. Es debido a este tipo de
prejuicio que este video de Miko Peled adquiere mayor relevancia.
Miko Peled es un judío israelí, nacido y criado en Jerusalén, cuyo padre era un joven oficial del ejército en 1948 y un importante general de la IDF en 1967. O sea, Miko Peled nació y creció en una familia y en un ambiente de profundas raíces sionistas. Aun así, las contradicciones de la vida y su sentimiento humanista fueron abriéndole los ojos para la realidad que lo circundaba. Es esta realidad lo que él trata de transmitir en su libro El hijo del general (The general's son) y en el relato del presente video.
Lo que Miko Peled cuenta es de gran importancia para todos, en especial para los que se identifican con el sionismo y con las políticas del Estado de Israel. Los hechos que él aquí relata no son novedades para quienes han estado siguiendo más o menos de cerca los sucesos en Palestina en las últimas décadas. No obstante, en razón de su origen nacional, cultural y étnico, las palabras que él expresa en su libro y en este documental quizás sean capaces de llevar a la reflexión a algunas personas que, hasta ahora, han aceptado y asimilado la narrativa sionista sobre el conflicto en Palestina.
Es probable que, aun después de haber leído u oído los relatos de Miko Peled sobre las brutalidades inhumanas practicadas por las fuerzas de ocupación sionistas en contra de la indefensa población civil palestina, varios de los actuales partidarios de Israel continúen a apoyarlo. Pero eso solo será posible entre aquellos que se alejen completamente de toda y cualquier preocupación humanista para aferrarse a un espíritu pura y exclusivamente tribal. O sea, un espíritu que los lleva a validar todo lo que pueda aparentemente rendir frutos a los miembros de su propia tribu, sin importar para nada los daños y sufrimientos que eso pueda causarles a los otros.
Sin embargo, así como le pasó con el propio Miko Peled, muchos de los actuales partidarios de las políticas sionistas también podrán ser sensibilizados al tomar contacto con la realidad. La única condición previa para tal es que haya en su interior el predominio de una conciencia humanista, cosa que, a pesar de los esfuerzos de los ideólogos sionistas para erradicarla, creemos estar presente en el íntimo de la mayoría de esas personas.
Los hechos aquí expuestos por Miko Peled difícilmente podrán ser negados. Las pruebas son por demás contundentes. Puede que los sionistas más militantes simplemente prefieran no ver este video y externar sus críticas al mismo de modo automático. No podemos condenarlos por tal comportamiento. Debemos reconocer que es muy angustiante defender una posición a sabiendas de que ella está en contra de lo que nosotros mismos en nuestro íntimo consideramos justo. Por eso, la ignorancia puede servirles a algunos como prevención en este caso.
Miko Peled es un judío israelí, nacido y criado en Jerusalén, cuyo padre era un joven oficial del ejército en 1948 y un importante general de la IDF en 1967. O sea, Miko Peled nació y creció en una familia y en un ambiente de profundas raíces sionistas. Aun así, las contradicciones de la vida y su sentimiento humanista fueron abriéndole los ojos para la realidad que lo circundaba. Es esta realidad lo que él trata de transmitir en su libro El hijo del general (The general's son) y en el relato del presente video.
Lo que Miko Peled cuenta es de gran importancia para todos, en especial para los que se identifican con el sionismo y con las políticas del Estado de Israel. Los hechos que él aquí relata no son novedades para quienes han estado siguiendo más o menos de cerca los sucesos en Palestina en las últimas décadas. No obstante, en razón de su origen nacional, cultural y étnico, las palabras que él expresa en su libro y en este documental quizás sean capaces de llevar a la reflexión a algunas personas que, hasta ahora, han aceptado y asimilado la narrativa sionista sobre el conflicto en Palestina.
Es probable que, aun después de haber leído u oído los relatos de Miko Peled sobre las brutalidades inhumanas practicadas por las fuerzas de ocupación sionistas en contra de la indefensa población civil palestina, varios de los actuales partidarios de Israel continúen a apoyarlo. Pero eso solo será posible entre aquellos que se alejen completamente de toda y cualquier preocupación humanista para aferrarse a un espíritu pura y exclusivamente tribal. O sea, un espíritu que los lleva a validar todo lo que pueda aparentemente rendir frutos a los miembros de su propia tribu, sin importar para nada los daños y sufrimientos que eso pueda causarles a los otros.
Sin embargo, así como le pasó con el propio Miko Peled, muchos de los actuales partidarios de las políticas sionistas también podrán ser sensibilizados al tomar contacto con la realidad. La única condición previa para tal es que haya en su interior el predominio de una conciencia humanista, cosa que, a pesar de los esfuerzos de los ideólogos sionistas para erradicarla, creemos estar presente en el íntimo de la mayoría de esas personas.
Los hechos aquí expuestos por Miko Peled difícilmente podrán ser negados. Las pruebas son por demás contundentes. Puede que los sionistas más militantes simplemente prefieran no ver este video y externar sus críticas al mismo de modo automático. No podemos condenarlos por tal comportamiento. Debemos reconocer que es muy angustiante defender una posición a sabiendas de que ella está en contra de lo que nosotros mismos en nuestro íntimo consideramos justo. Por eso, la ignorancia puede servirles a algunos como prevención en este caso.
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