http://dataplusdateunsupplement.blogspot.com/
La minería es una actividad muy rentable, esto no es ninguna novedad, como tampoco no es novedad el que esta actividad económica necesite de mano de obra barata, llámese esta esclavos, trabajadores mineros o asalariados. Tampoco extraña que en cualquier país, ya sea este desarrollado o no, se pase por momentos de enfrentamiento entre los poderosos de la minería y lo que no lo son.
Lo inaceptable es que la codicia fácilmente haga perder ubicuidad a políticos, lugartenientes y demás acólitos de los grandes consorcios mineros, pretendiendo dejar fuera de juego a la mayoría de la población.
Bolivia y Perú son ejemplos de la brutal explotación minera; Potosí o La Oroya es un recordatorio de esta incruenta y brutal explotación, que hasta la fecha quieren mantener como modelo único unos cuantos, cuando existen formulas de entendimiento que bien usadas podrían ahorrar vidas.
Hoy el Perú pende de un hilo, y más directamente la región Cajamarca, debido a que los “pizarros” quieren llevarse el oro, replicando lo del “Cuarto del Inca” como una remembranza al rescate pagado por el Inca Atahualpa allá por los año 1532. Hoy el rescate tendría que ser pagado por todos los peruanos, aunque se llegue al extremo del desprecio por la vida humana y el resguardo de sus recursos naturales.
El problema minero no solo se vive en Perú o Bolivia. Australia también tiene lo suyo, lo cual demuestra que la minería es un problema global, aunque esto último no sirva de consuelo. Defendamos y estimulemos con inteligencia la diversificación productiva del Perú, se debe evitar la repetición del bum pesquero, cauchero, guanero y otros muchos más. Que las experiencias del pasado sean un aprendizaje que permitan evitar más miseria de la ya que existe, planteando alternativas para un promisorio futuro.
El jueves 24.11.2011 es la fecha señalada para el inicio de un paro indefinido en la región Cajamarca-Perú, por lo tanto no basta la consigna presidencial “agua y oro”, porque es análogo a lo que dijo un gobernante en 1968, la revolución no es “ni comunista ni socialista”, lo que en buen criollo se interpreta “ni chicha ni limonada”. Lo que necesita el Perú es una respuesta justa e inteligente, que marque un hito para los futuros posibles conflictos de intereses entre los inversionistas mineros y la población en su conjunto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario