Queremos expresar nuestro profundo pesar por esta muerte prematura, cuando recién se asomaba a la vida.
Las miradas sobre el suicidio pueden hacerse desde el punto de psiquiátrico, psicológico, aunque existen otras como el punto de vista de la economía, sociología, antropología, historia, etc.
Existen varias teorías sobre el suicidio, pero si no existe un estudio de su ocurrencia en el contexto sociocultural de la persona que opta por suicidarse, la frecuencia y su distribución en las diferentes sociedades, su aumento y decrecimiento, es muy difícil comprender este fenómeno social como tal.
“El suicidio debe ser estudiado como un fenómeno periódico en diversas sociedades y épocas. Tomado como tal, deja de ser un caso singular para transformarse en un proceso general o fenómeno típico, que se ofrece en diversas sociedades y en distintas épocas” (P: Sorokin, 1962). Con esta base teórica se podrá verificar las teorías (médica, psicológica, siquiátrica, económica, etc.) pero aún así se obtendrá solamente una porción de la verdad más no la verdad completa.
Entre 1902 y 1925 las curvas de suicidios y fluctuaciones de los negocios al parecer coinciden en los EE.UU.: aumentan los suicidios en épocas de depresión pero en épocas de prosperidad disminuyen. El trabajo a este respecto fue realizado por Hurburt (Prosperity, Depresión and the Suicide Rates de W.C. Hurburt). Alguna semejanza encontró L.I. Dublín y B. Bunzel (To Be or Not To Be, 1933) en el periodo 1910-1931 siendo lo más importante su cuantificación, encontrando el coeficiente de -0.47 +/-0.05. Krose, Morselli, Durkheim y Halbwachs observaron un aumento de los suicidios en los periodos de depresión; Halbwachs demuestra una relación similar entre los períodos de depresión y el suicidio en Prusia, Alemania, Austria y Francia. En Austria el colapso de 1872 aumentó los suicidios aproximadamente en un 50 por 100. En Prusia y Alemania la curva del suicidio en 1881 a 1913 se mueve inversamente a la de los precios y paralelamente al número de bancarrotas y quiebras financieras.
Sin embargo esta aplicación económica del suicidio es parcial por que en ninguna parte se presenta un elevado coeficiente de correlación entre el suicidio y pobreza o adversidad económica.
“Esto significa que son necesarios otros factores y condiciones para explicar las fluctuaciones de la curva del suicidio” (P. Sorokin, 1962). Sorokin condiciona las causas del suicidio a causas económicas poniendo como ejemplo a la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, lapso de tiempo en que los salarios se elevaron 200 a 300 por 100 (y más) pero la curva de suicidios no bajó. Entre 1892 – 1962 el coeficiente de suicidios por 10,000 habitantes aumentó en Italia de 2.8 a 8.3, en Francia de 7.1 a 23, en Inglaterra de 7.3 a 11, en Prusia de 10.6 a 20.5, en los EEUU de 3.18 en 1860 a 11.9 en 1922*.
Las explicaciones económicas no demuestran totalmente las razones del suicidio ya que en la Europa de la Edad Media el coeficiente de suicidios fue muy bajo, de esta manera se pronuncia Sorokin. Un dato curioso que podría extrapolarse a toda sociedad, incluida la peruana, es que las clases sociales más ricas presentan porcentajes más elevados de suicidios que las clases pobres. **
* P. Sorokin, Sociedad, cultura y personalidad. Pág. 13.
** Mas información en Sorokin y Zimmerman: Principles; Sorokin-Zimmerman-Galpin: A Systematic Source Book in Rural Sociology; también en obras de Halbwachs, Bunger, Dublin-Bunzel, Durkheim, Krose.
*** En el Perú, se quitan la vida 650 personas al año. Esta cifra es baja. En Lituania, Hungría, Dinamarca y Japón se suicidan proporcionalmente 20 veces más, en Cuba 8 veces más, en Uruguay 7 veces más, en Estados Unidos 5 veces más y en Chile 50% más. Tienen la mitad de casos de nuestro país en Guatemala, Kuwait y Filipinas. Willy Quevedo, 2008.
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